Despedida

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Encontrar excusas para estar con Vegas a solas era cada vez más fácil, él me buscaba todas las mañanas y me mantenía en su oficina todo el día con la excusa de repasar detalles, aunque no solíamos tocar puntos sobre el trabajo. Intenté conversar de todo y llegar a conocerlo mejor, creo que el saber sobre una persona fortalece mucho tu relación, así que me esforcé realmente por aprender sobre él. Durante las noches a veces salía de su habitación y pasaba un rato en la mía, parecía querer aprovechar todo el tiempo que nos quedaba.

La noche previa a la boda Tawan tuvo una despedida de soltero organizada por sí mismo, no lo había notado pero parecía no tener amigos cercanos. La fiesta comenzó desde temprano, así que Tawan se fue pasadas las 3. Sabía que esta noche cuando regresara volvería con mi pase directo hacía la casa de la primera familia, así que estaba nervioso, Vegas, por otra parte, parecía dolido. Pasó el día en su estudio y se negó a salir para comer, Tawan atribuía su mal humor a la boda, pero para mí era extraño.

En cuanto Tawan se fue preparé un plato de fideos y lo subí al estudio de Vegas, no toqué la puerta y solo pase, cosa de la cuál me arrepentí casi al instante porque cuando Vegas escuchó que se abrió la puerta gritó que se largaran o que dispararía.

— ¡¿Por qué demonios le dispararías a una persona que solo se olvidó de tocar?!— traté de sonar sarcástico pero mi voz parecía sorprendida y algo asustada. Supongo que me había acostumbrado al Vegas tranquilo y no esperaba esto.

— ¡Pete!, lo siento no sabía que eras tú.

— ¿Estaría bien dispararle a otro?

— No, solo me sobresalte.

— Ohhh, ¿has estado bebiendo?— pregunté señalando las botellas en su escritorio.

— Solo un poco.

— ¿Cómo bebés si no has comido nada? — coloqué el plato en el escritorio y quité todas las botellas — Pruébalo, lo hice yo.

— Pete, no deberías hacer esto.

— ¿Comida?, sé que a veces cocino con demasiado picor pero te prometo que estos no pican nada, aunque no te caería mal algo de chile para bajar la borrachera — dije mientras acomodaba el plato y un té que había traído.

— Pete — tomó mi cintura e hizo un gesto para que me sentará en su regazo.

— ¿Qué pasa?— tenía su cabeza enterrada en mi cuello y sus brazos al rededor de mi cuerpo— ¿de verdad te afectó que se vaya a casar Tawan aunque sea falso?

— No— dijo entre risas— Tawan se puede ir al carajo.

— ¿Entonces que pasa?— acaricié su pelo y trate de tranquilizarlo.

— ¿Qué demonios me hiciste Pete?

— ¿Yo?

— Siento que no sobreviviré sin ti, no quiero que te alejes de mi— su voz parecía sincera, tanto que hizo que sintiera a una pizca de nostalgia por irme.

— Vamos nos seguiremos viendo, no me voy a morir.

— Pete...

— Estaré bien, firme un contrato y legalmente estoy obligado a hacer esto.

— Olvídate del contrato, ¿tu quieres hacer esto?

— Debo hacerlo, Korn me hizo la vida imposible, aún lo sigue haciendo. Me han cazado como perro por años, no puedo seguir huyendo. No he podido salir de forma libre a la calle en mucho tiempo, mis abuelos tampoco. No hemos vivido como humanos y debo acabarlo.

Suspiró y me indicó que me levantara antes de inclinarse y abrir el último cajón de su escritorio, había una pequeña caja fuerte dentro, la cuál abrió para sacar un sobre.

PsychoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora