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Carla's POV

No pensé en lo que estaba haciendo, solo lo besaba, desenfrenadamente.
Un grito nos detuvo de inmediato.
- ¡Carla! - Era mi madre, seguro me estaba buscando pues era muy de noche.
Me separé rápidamente de Enzo.
- Oh, aquí estan, ya vamos a comer, apurense. - Me levanté junto a Enzo y fuimos hacia el hotel para cambiarnos y salir a comer.
La camisa negra que se había puesto le quedaba espectacular, junto con esos jeans. Es sencillo pero sabe llevar su estilo.

Lucrecia me hablaba, pero yo no podía dejar de mirar cada facción de Enzo. ¿Por qué nunca me dí cuenta? Es muy atractivo.

- ¿Y qué estuvieron haciendo en la playa? - Una pregunta de mi madre me sacó de mi trance.
- Me tomó un par de fotos, pensaba en subirlas a mi Instagram. - Le dí una sonrisa ladina a Enzo, y el rió.

Luego de la cena volvimos al hotel, había sido un día muy cansador.
Ya apunto de dormir alguien tocó la puerta de mi cuarto.
Era mi madre. Lentamente cerró la puerta y se acercó a mi.
- ¿Cómo fue todo con Enzo? Noté que se llevan bastante bien. -
- Si madre, es un bueno chico. -
- Aparte de eso, es bastante atractivo, ¿no? - Reí ante su comentario.
- No es feo, pero no me atrae lo suficiente. - Falacias.
Mi madre me dió un beso en la frente y se despidió de mi.

Enzo's POV

Ya eran las diez de la mañana, no dormí lo suficiente anoche. Quedé pensando en lo que había pasado con Carla, ella realmente me gusta, y sus besos más.
Me preocupa ilusionarme y que todo esto quede en nada.
Me levanté de mi cama para ir a lavar mi cara.
Al abrir la puerta me encontré con Carla, llevaba una bikini negra que le quedaba espectacular, y su pelo atado en un rodete.
La mire de arriba abajo, y sonreí.

- ¿Me acompañas un rato a la playa? Esta vez no lleves tu cámara. -
- Obvio. - Dije y reímos.
Carla esperó afuera de la habitación por mi mientras me ponía mi malla.

Juntos nos metimos en el mar. Por suerte en este lado de la isla no hay mucha gente, y menos a estas horas.
El agua era tan clara que podías ver algunos peces, desearía tener mi cámara para tomarles algunas fotos.
Carla me salpicaba agua apropósito, así que yo hice lo mismo. Nunca pensé que me tendría este tipo de momentos con una famosa, y menos ella.
Estabamos jugando, y ella estaba ganando. La agarré de la cintura, y rápidamente enrolló sus piernas en mi cintura, apropósito me tiré bajo el agua, mojandola a ella por completo y a mi también.
- ¡Eres un tonto! ¡Me mojaste toda! - Dijo en forma de broma.

La miré directamente a los ojos, y conectamos miradas, como aquella vez.
Esta vez yo me acerqué a ella, y la besé.
Estaba desesperado por tener más de ella, sentir el calor de su cuerpo.
Me tomó por la nuca y me besó más fuerte. Posé mis manos en su cintura, quería ir más abajo, pero aún no me animaba a tanto.

En mitad del beso se separó, dejo de besarme para ver a todos lados, si se encontraba alguien viendonos o tomandonos fotos.
Agarró mi mano y me llevó detras de unas piedras, donde allí tendríamos más privacidad.
Me agarró de la nuca nuevamente, tirándome para besarla.

Esta vez el beso fue más salvaje, agarré su cintura más fuerte.
Una de sus manos hizo bajar las mías, para tocar más abajo. Apreté suavemente su trasero, y gimió en mis labios.

Estuvimos un tiempo así, pero nos dimos cuenta que Lucrecia y su madre nos estarían buscando.
Carla paró el beso, me miró a los ojos y me sonrió.
Me dió un ultimo beso y nos fuimos nuevamente al hotel.

- ¡Coño! Los estuvimos buscando por todos lados. - Dijo Lucrecia.
- Fuimos un rato al mar. -
- Tienes los labios rojísimos Carla, ¿que pasó? -
Los dos nos pusimos tensos.
- Fue la sal del mar. - Dios.

PAPARAZZI | Enzo Vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora