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Enzo's POV

Ya habían pasado tres días desde que estaba ocupando el departamento de Carla, que de hecho era muy grande. Si algún día la invito a mi pequeña y aburrida casa que diría.
Ahora estabamos en el jacuzzi, lleno de burbujas y jabón. La miraba, era tan linda cuando tenía su pelo mojado, cuando me miraba mientras reía.
- ¿Quieres champagne? - Preguntó.
- Un poco estaría bien. - Respondí.
Desnuda y mojada salió a buscar la botella. No pude evitar mirarla de arriba abajo, no creo que nadie en esta vida puede amar su cuerpo más que yo.
Enseguida llegó con la botella en la mano y dos copas. El champagne era uno francés y color rosa.
- ¿Te gusta el color rosa? - Le pregunté.
- No es mi color favorito pero no me desagrada, me gusta mucho el rojo. - Me respondió.
Pensé que importante era ese dato, si seguíamos así en su cumpleaños podría darle un vestido rojo, o rosas rojas o bombones con envoltura roja.
- ¿Y cuál es el tuyo? -
- Me gusta mucho el azul. - Respondí.
Carla tomaba cada vez más y más, me hacía preguntas sin sentido que me hacían reír.
- ¿Me das un beso? - Me dijo.
Sin responder lentamente me acerqué y dejé un suave beso en sus labios. Me separé y no paraba de mirarme a los ojos, con brillo en ellos.
- Te amo. - Quedé un poco paralizado cuando escuché eso. Nunca me esperé que esas palabras vinieron de ella. No se si era porque estaba un poco borracha, aunque, los borrachos dicen verdades.
- Yo también te amo. - Respondí.
Al segundo de responderme comenzó a besarme, otra vez, desesperadamente.
Se posicionó encima mío y siguió con sus besos.

Carla's POV

La alarma sonó, eran las diez de la mañana. Enzo estaba a mi lado, abrazandome. No recuerdo bien lo que pasó anoche, sé que estuvimos un rato en el jacuzzi y follamos.
Me safé de su abrazo sin despertarlo y fui hacía la cocina. Tenía un hambre infernal y me dolía la cabeza.
Y mierda, no tenía leche, ni café, ni galletas. Tenía que ir al supermercado.
- Buen día, me dejaste. - Enzo apareció por el pasillo.
- No tengo nada para desayunar, tengo que ir al supermercado. - Le dije.
- Te acompaño. - Dijo.
No sabía si era lo mejor que el me acompañe. Si lo hacía tenia que taparse hasta las orejas. Pero me emocionaba salir con el.
- Vale. - Le dije.
El sonrió y comenzó a vestirse.
Ya cuando verifiqué que su cara no se veía de ningún ángulo salimos, de la mano.

En las afueras del edificio había paparazzis, muchos gritaron soprendidos al verme agarrada de la mano de alguien. Fuimos casi corriendo al supermercado para que no nos tomaran demasiadas fotos.
Luego ya en el supermercado solos, comenzamos a comprar lo que faltaba.
Leche, café, galletas, waffles, pan, etc.

Después de tantos flash llegamos nuevamente a mi departamento.
- Oh, eso fue terrible. - Dijo Enzo.
- ¿Viste? Ahora sabes como se siente ser famoso. - Le dije riendome.
Pasar tiempo con él me hace muy feliz, me distrae de todos mis problemas. Ya quiero que se venga vivir conmigo.
Más tarde comenzamos a preparar el desayuno, unos ricos waffles con dulce de leche. El hizo casi todo porque sinceramente a mi no se me da lo de la cocina.
- Eres un muy buen cocinero. - Le dije mientras probaba los waffles.
- Gracias, ¿te gustan con el dulce de leche? - Me preguntó.
- Obvio, nunca lo probé pero es perfecto. - Luego de responderle, mi teléfono sonó, oh no, era mi madre.
Le dije a Enzo que me esperara un minuto.

- Hola madre. - Dije cuando atendí.
- Carla, ¡¿quién es ese hombre con el que andabas?! - Me preguntó.
- Oh, nadie mamá. No te incumbe. -
- Estaban agarrados de la mano. -
- Más tarde te lo presentaré. - Corté.

Oh no, estaba entre la espada y la pared. ¿Qué diría mi madre al enterarse que con el chico que salgo es mi paparazzi? ¿O mi padre?

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⏰ Última actualización: Mar 04 ⏰

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PAPARAZZI | Enzo Vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora