6. Reggaetón Lento (Remix) - CNCO, Little Mix

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El último recuerdo que guardaba de su padre y el único que se permitía a sí misma revisitar de vez en cuando era el día que conoció a Fernando Alonso. Decir que le había conocido era realmente un eufemismo, se había hecho una foto con él deprisa y corriendo cuando el piloto abandonaba el circuito de Montmeló en Barcelona después de un segundo puesto en la carrera que ella y su padre habían celebrado desde la grada, pero Elena había atesorado en su memoria aquel momento durante años y años, deseando que un momento así pudiera repetirse en algún momento, deseando algún día estar involucrada de alguna manera en el deporte que había aprendido a amar desde niña.

Su padre siempre había sido una figura ambigua en su vida y, aunque gracias a él la Fórmula 1 había llegado a su vida y le había abierto los ojos a la que años más adelante se convertiría en su pasión y profesión; cuando miraba hacia atrás y pensaba en retrospectiva, la mudanza con su madre a Milán y la pérdida de contacto con su padre fue probablemente lo mejor que le pudo haber pasado.

Como la niña que era entonces, le había sido imposible darse cuenta de las cosas que pasaban a su alrededor mientras ella solamente se centraba en jugar y fingir que era Michael Schumacher al volante del último Ferrari; pero cuando creció e hizo memoria de todo lo que había vivido en su vida, se dio cuenta de que había piezas de aquel puzle que conformaba su infancia que no encajaban del todo. O al menos no lo hacían como deberían.

Tuvo que preguntar a su madre para poder rellenar los huecos que su memoria no alcanzaba a completar, para encontrar las piezas del rompecabezas que se habían perdido entre los muebles de su cerebro. Algunas veces desearía no haberlo hecho en absoluto, pero otras veces agradecía enormemente que su madre no hubiera dudado y le hubiera contado toda la verdad.

Y sin embargo, en su memoria el recuerdo de aquel día de verano en el circuito de Barcelona seguía intacto. Y en aquel recuerdo estaba pensando inevitablemente mientras Charles Leclerc la arrastraba del brazo escaleras arriba del hospitality de Ferrari, deteniéndose al llegar a la última planta y quedándose clavada en el suelo al ver al protagonista de aquel recuerdo allí de pie frente a ella, hablando con Carlos.

Fernando Alonso, el héroe de su infancia, adolescencia y adultez, estaba a escasos cinco pasos de ella.

—Genial, ya están aquí —Carlos pasó de hablar en español con el piloto de Alpine a hablar en inglés por respeto a Charles—. Fernando, ella es Elena, es la nueva Community Manager de la escudería y tu fan número 1.

—Bueno, lo de fan número 1 igual es exagerarlo un poquito... —no supo de dónde le salió la voz en ese momento porque su cerebro se había detenido por unos segundos, pero se rio con nerviosismo viendo como Fernando Alonso en persona se acercaba a ella sonriendo con diversión y tendía la mano hacia ella, que la estrechó tímidamente—. Siento que estos dos te hayan traído hasta aquí sólo para esto, son muy cabezones cuando se lo proponen.

—Sí que son cabezones, pero no sientas nada —negó con la cabeza y dejó dos besos en sus mejillas antes de dar un paso atrás—. Además, me han prometido comida de la cocina de Ferrari y es la mejor del paddock, creo que salgo ganando.

La mirada de Elena se cruzó con la de Carlos mientras iban a sentarse en la mesa ya preparada para que todos comieran y le sonrió casi con lágrimas en los ojos, agradeciéndole silenciosamente por haber organizado aquello. Charles también había ayudado, evidentemente, pero era consciente de que la amistad de los dos pilotos españoles era la gran culpable de que aquello fuera posible.

La comida fue mucho más tranquila y distendida de lo que Elena había imaginado que sería en un principio, Fernando era un hombre bastante tranquilo y los nervios del principio se esfumaron casi tan deprisa como habían llegado.

RED - Carlos Sainz, Pierre GaslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora