El día en el trabajo había sido algo estresante, sin Eijiro ayudado a su lado como mano derecha y socio se le hacía más complicado soportar todo el estrés, no por lo que tenía que hacer en su oficina, si no por las idioteces que decían o hacían el resto del personal. Su amigo era quien lidiaba con sus malditas bromas que no tenían sentido para que los dejaran en paz.
Todo eso sumado a que tenía resaca, la cuál había logrado reducir con un par de aspirinas. Sin dudas estaba de muy mal humor y estaba seguro de que si alguien lo tomaba con otra cosa que no tratara sobre el trabajo lo mandaría a volar —metafóricamente— mientras lo maldecía a él a su familia y a sus ancestros.
A parte de que también su jodida conciencia seguía mostrándole constantemente que tenia un estúpido asusto pendiente con alguien a quien ni siquiera conocía. Pero siendo sincero consigo mismo, no le molestaba tanto el hecho de tener fugaces recuerdos de aquellos ojos, o aquellas pecas, o aquellas voz no tan grave para ser de un hombre, o aquel verde rizado y extraño cabello, o su tonto nombre, o... el chico mismo.
Sabemos que no lo admitiría del todo.
Varias veces se repetía que no debía pensar en él. Pero su mente parecía tener control propio. Algo que parecía no tener sentido.
Tenía que arreglar todo tan rápido como pudiera.
Ya perdió la cuenta de cuántas veces se había desconcentrado por pensar en esas cosas pero cayó en cuenta que lo estaba haciendo justo en ese momento.
De no ser porque su reloj pitaba una y otra vez, no se hubiera dado cuenta de que su hora de salida ya había llegado.
Guardó en un USB los planos que estaba revisando y corrigiendo para después guardar todo lo que tenía que llevarse, no sin antes ordenar su lugar de trabajo, otra de las cosas que lo molestaban era tener que hacer trabajo en un área desordenada que no sea de su agrado. No era quisquilloso, solo muy ordenado y estricto en ese sentido.
Salió de su oficina encontrándose con el resto del personal despidiéndose unos de otros, armando alguna salida a cenar o a un bar de último momento y personas que simplemente se iban. Bueno él era una de ellas.
Después de bajar los pisos y salir del edificio se dirigió al parqueadero y subió a su auto. Se alistó para poder emprender marcha. Apenas encendió el coche sintió uno de los bolsillos de su blazer vibrar. Sacó su celular mirando hacia la pantalla.
Llamada entrante de Kirishima.
Bufó riendo un poco al leer el nombre, aquel chico no lo dejaría en paz.
Colocó su celular en el modo manos libres para no tener ningún problema a la hora de conducir y contestó activando el altavoz.
— Hola bro. —Oyó un tono alegre al otro lado de la línea.— ¿Ya resolviste tu problema?
Por supuesto, en la mañana al despertar una de las primeras cosas que había hecho era contarle a ese animado humano que para deshacerse de su cargo de conciencia iba a ir al hospital después del trabajo para ver si encontraba al chico y pedirle disculpas, otra vez, pero esta vez escuchando una respuesta de sus propios labios.
— Apenas estoy saliendo del trabajo. —Respondió con total obviedad pues obviamente el contrario sabía de los horarios.— ¿Acaso piensas que tengo algún poder de súper velocidad?
El sarcasmo en su voz era notable y sin querer algo más seria de lo que pretendía, pues ahora sí atención estaba dividida entre hablar con su amigo y conducir hacia el jodido hospital. Cosa que sabía que no debería estar haciendo si no quería accidentarse en el trayecto por distraído.

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You And Me
FanfictionUno vivía su vida lo más normal posible. Otro vivía viendo su vida lo más normal posible. No lo sabían, nadie puede saber cuándo ocurre. Pero cuando un alma se encuentra a su mitad, le es imposible dejarla. Por más que trate de alejarse, siempre vo...