New Apple

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Juro que estoy a nada de meterle un disparo en el culo a este idiota...

Oliver mantenía un paso lento con su yegua. Sostenía la rienda de Rebelde, nombrado así por el. Perseguía con la mirada molesta a su parásito acompañante. Como el mismo decía. Ezra tenía un trote energético en su caballo, saltando sobre las cercas del camino. Oliver prendió un cigarro, fumando con tranquilidad.

— Te hará daño fumar. — Daba vuelta alrededor del pelirrojo y los caballos.

— Eso no te incumbe. — exhalaba el humo del cigarro por la nariz. Acariciando el pelaje de su yegua.

— Hablas como Marlon, igual de amargado que el. — Le sonrió con burla al notar la molestia del otro nada disimulada. — Oye vamos no me mires así. —

— No me hagas desperdiciar una bala mas. — Levanto su gabardina dejando ver su revolver apuntando en dirección al otro.

— Mierda — Ezra jalo las riendas de su caballo haciéndolo retroceder. — has cambiando mucho, convivir con esos uniformados te hizo daño. — Se acerco quedando junto a la yegua, recargando su cuerpo contra la silla de su caballo intentando ver la cara de Oliver.

— Dios nunca te pido nada, pero cállalo por favor...— comenzó un trote rápido.—

— Si eres así de amargado no conseguirás esposa. tienes que sonreír mas Oliver, pero el mas de los dos guapo soy yo. — cabalgo junto al pelirrojo manteniéndose a su lado. — No es de extrañar que a donde vamos las mujeres se lancen sobre mi, soy todo un galán. — Le mostro una gran sonrisa, quitándose el sombrero de cuero negro, peinando hacia atrás sus cabellos con los dedos.

Mientras Ezra ignoraba el camino presumiendo su belleza, Oliver sonrió manteniendo la mirada en el camino un gran árbol caído obstaculizaba con sus ramas en el camino tendría que bajar de su caballo o agacharse muy bajo, palpo el pelaje de su yegua.

— ¡Lo vez, tengo razón!. — Le guiño el ojo dedicándole una suave sonrisa.

— Y el mas estúpido. — Se sostuvo con fuerza recargando todo su peso a un costado de la montura, cubriendo su rostro con su sombrero.

— ¿A que te...? — Cubrió con su rostro utilizando los brazos, quedando atrapada su ropa entre las ramas, tiro con fuerza; recibiendo un ramazo. — ¡mierda!. —

Jalo las riendas de Rebelde apurando el paso adentrándose en el bosque cortando camino hasta llegar con otro gran sendero.

Oliver miro sus a espaldas, Ezra quitaba con manotazos las hojas y ramas que habían quedado enredados en su cabello. Maldijo con molestia a la madre naturaleza. Una carroza se acercaba a los dos jinetes, jóvenes damas cubrían sus risas y sonrisas a ambos jinetes con sus abanicos o sus manos, Ezra no prestaba atención a la presencia de las damas, seguía maldiciendo en voz alta al árbol caído sobre el camino.

— Buenas tardes señoritas. — Oliver retiro su sombrero de su cabeza al saludar a las jóvenes mujeres, volviéndolo a colocar nuevamente en su lugar.

— Tiene un hermoso caballo, cazarrecompensas. — Una de las damas asomo su rostro por una de las ventanillas de la carroza.

— Gracias joven dama. — Levanto con la punta de sus dos dedos su sombrero acomodándolo un poco mas arriba.

El murmullo de las chicas expresando lo mucho que ambos jinetes eran guapos llamo la atención de Ezra, quien había terminado su enojo con la madre naturaleza mirando avergonzado a las chicas.

— ¿Tu amigo el chico arbusto esta bien?. — Una de las muchachas pregunto al joven de ojos azules.

— Duro como un roble señoritas, ¡Hey chico arbusto!, apúrate. Buena tarde señoritas, lleguen con bien. — Ordeno a su yegua un trote rápido seguido de rebelde quien mantenía el paso de su costado derecho.

The rewardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora