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El sudor esta por todo su cuerpo.
Toda la habitación es oscura, su vientre duele y escucha esa suave y dulce voz.
Lucy. Ella y su sonrisa cálida, ella era como una hermana mayor.
Entonces. ¿Por qué lo hizo?
Hay ruido afuera de la habitación, esos tipos de nuevo discuten.
YoonGi evita llorar, sin embargo ya hay lágrimas empapando sus pálidas mejillas. Su padre siempre dijo.
Guarda la calma y no llores eso no te sirve de nada.
Solo tiene nueve años, ¿qué podía hacer?
Sus manos duelen y tiene miedo porque es probable que no vuelva, al menos no con vida. Uno de los tipos entra y lo empuja, hay mucho odio en sus palabras y está vez lo patea en sus cortas piernas, después...
—¡Yoongichi ya es hora de despertar! —esa dulce voz amable.
El castañito de labios ridículamente gruesos esta al lado suyo, él le sonríe.
—¿Tuviste una pesadilla? —pregunta Jin ladeando su rostro.
YoonGi bufa y se talla los ojos y luego escucha su risa, él tiene una risa muy fea.
—Eres como un gatito —asegura.
—¿Por qué siempre me compararás con un jodido gato?
—Tus ojitos, son parecidos a los de bombón el gatito de la señora Alicia.
Yoon frunce el ceño.
—No seas ridículo SeokJin, ahora quítate voy a bañarme.
Nota como Jin baja de la enorme cama con algo de dificultad, su bonito rostro hace una mueca y después juega con sus manos pequeñas, él hace eso cuando no está seguro de decir algo.
—Solo dilo.
—Uhm, es que a veces pienso que te caigo mal y por eso eres grosero —Jin evita mirar esos ojitos felinos.
—A mi todos me caen mal, no te sientas mal.
Jin entrecierra sus ojos y se cruza de brazos.
—¿Por qué desapareces? —pregunta de repente Jin.
—¿Qué? —Yoon mira al pequeño SeokJin.
—Si, tú a veces te vas sin decir nada. Luego regresas pero estás triste y enojado.
Min entrecierra los ojos y da un suspiro.
—Y Lucy ella...
—¡Cállate! No vuelvas a mencionarla y tú no tienes por qué saber a dónde voy o qué hago, tú solo trabajas para mi. Solo eres un sirviente más ahora vete —le dice fuerte y claro.
YoonGi nota como los ojitos marrones se llenan de lágrimas y miedo, Jin aprieta sus labios para no llorar.
—¡YoonGi malo! Ya no seré tu amigo —le dice limpiando sus lágrimas con la manga de su suéter.
El pálido no dice nada y solo entra al baño, sus lágrimas también comienzan a salir de sus ojos. YoonGi ahora entiende que no puede y no debe confiar en nadie, porque al final todos tienen un solo propósito.
