Desde que me mudé las cosas han sido solitarias, estoy sola en otro país, mis
padres querían que yo viviera el sueño americano y tuviera una mejor vida, y mejores oportunidades para ejercer alguna carrera, y por ende me enviaron a los Estados Unidos sola. Recalco, SOLA. No conozco a nadie y mucho menos tengo amigos y no es exactamente por falta de intento, verán, aparentemente por el hecho de que sea inmigrante quiere decir que no soy digna de la amistad de un norteamericano, lo que ellos no entienden es que si soy del sur eso también me convierte en "americana", bueno, en mi caso vendría siendo suramericana. Me joroba un poco el trato que tenemos los extranjeros. Algo irónico es que si yo viniera como turista me tratarían totalmente distinto. Pues claro, con lo que gasta un turista, les ayuda a pagar los impuestos y a sostener una potencia como lo es EE.UU. Pero como vengo es a quedarme creen que les robaremos, que somos drogadictos o narcos, que somos antihigiénicos, que nuestra cultura es de locos y lo más insólito de todo, que las mujeres somos putas, prostituta o pre pagos, como prefieran decirlo. En fin, para algunos somos una escoria. Excepto para la señora Claire Swant, mi vecina de al lado. Tiene algunos muchos años, 73 para ser exactos. En mis días libres cuido de ella, ya que su única hija, Adaline Burgou, trabaja hasta tarde y a veces no se puede hacer cargo de ella y para mi no es ningún problema hacerlo. Mas bien me encanta pasar tiempo con la señora Swant, sus anécdotas me enseñan cosas de la vida que puedo poner en practica.
Hoy salí temprano de mi ultimo turno. Trabajo en una cafetería hasta las cinco de la tarde, y los fines de semana en un club nocturno de bartender hasta las tres de la madrugada, estoy ahorrando para pagarme la universidad, dentro de unos meses cumpliré los veinte y aun no estudio en la uni. En media hora tengo que cuidar a la señora Swant mientras su hija busca a sus hijos en la escuela de verano. Me tengo que apresurar el cielo está nublado y amenaza con llover en cualquier momento.
Iba saliendo, y la plaza frente a la cafetería estaba desierta a excepción de un chico de cabello rizado un poco largo arriba, rubio oscuro, su rostro no lo vi porque estaba sentado con la cabeza hacia bajo mirando sus piernas, su brazo izquierdo colocado sobre sus muslos, y la mano derecha cerrada sobre la muñeca izquierda y wow, está... está... ¿llorando?. ¿Un chico llorando?, ¿con semejante tamaño?. Mide por lo menos 1.88 cm, y su contextura física es buena, ni muy muy ni tan poco, termino medio. Creo que debería acercarme y tratar de ayudarlo. Los latinos tenemos esa vena solidaria, cuando vemos a alguien así, lo ayudamos. Caminé hacia él y me senté en el banquito donde estaba él, no se inmutó con mi presencia.-Oye, ¿te encuentras bien?- pregunté con cautela. Podría ser agresivo- ¿por qué lloras?. Puedes desahogarte conmigo -coloqué un mechón de su cabello tras su oreja.
Levantó la mirada. Su rostro es como de muñeco. Sus cejas negras depiladas y gruesas, en la ceja izquierda tiene un piercing, no soy amante de las perforaciones pero le queda bien. Ojos rasgados verde turquesa, las lágrimas en ellos los hacían ver tan claros como las aguas de Cancún. En ellos había mucho dolor guardado, están rojos e hinchados como si estuviese días en este plan. Nariz perfilada, labios rojos, el inferior mas grueso que el superior, sus rasgos son delicados para ser un chico.
-¿Te conozco?- dijo enarcando la ceja un poco hostil. Alcé las mías, de seguro piensa que soy una entrometida que no tiene que hacer con su vida mas que meterse en problemas ajenos.
-No, no me conoces pero, puedo ayudarte y escucharte si necesitas un amigo en este momento- sonrió un poco, acto seguido, se levanto y se fue. Intenté seguirlo pero, comenzó a llover muy fuerte, todo mas alla de un metro se veía blanco, no se vislumbraba nada. Me detuve, si sigo puede que me pierda. Me devolví y me dirigí a mi casa.
¿Por qué lloraba?.
¿Que dije o hice para que se fuera?.
¿No debí acercarme a él?.
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Pull Me From Hell
RomanceMichelle luego de haber dejado su vida para cumplir sus sueños y metas, tratando de mantenerse alejada de la vida turbia de su hermano, se muda a Boston. Joham Galahad es todo lo contrario a lo que su familia espera. No quiere tomar el cargo de su h...