Capitulo 4: Pecados.

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Melissa no sabia que hacer ahora. Sabia que había perdido su oportunidad de obtener el disco duro, pero tal vez no le perdería la pista al agente del FBI que la tenia.

Se encontraba en un techo a unas cuadras del edificio donde vivía el fiscal Davis. Pensaba que tal vez Daredevil le podría ayudar, pero al mismo tiempo lo consideraba una piedra en el zapato. Pero sentía algo noble en el hombre que se disfrazaba de diablo.

-Alguien sabia que lo buscábamos. Tal vez ni debí decirte nada.

-Habrías muerto con el. De nada, por cierto.

-No necesito un guardaespaldas que me haga fallar mis blancos.

-Escucha, necesitamos estar al corriente de todo. Puedo ayudarte...

-No pedí tu ayuda, diablo. Solo quería que entendieras en que mierda te estas metiendo.

-Entonces dime... ¿Cuál es tu papel en esto? ¿Qué es el Dorado? ¿Cómo sabes pelear de esa manera? No eres cinta negra ni nada de eso... Fuiste entrenada para ser una asesina.

-Haces muchas preguntas tediosas, Cuernos. ¿Acaso quieres que confiese mis pecados?-Se fue acercando lentamente a el. Esta vez ella no vestía un hermoso vestido, pero si un traje de licra negra para moverse fácilmente en combate, lo suave de la tela ponía los sentidos de Matthew al cien- Hagamos algo, solo te responderé una sola pregunta, luego me iré y me dejarás en paz.

-¿Quién eres?

Melissa le tomó unos segundos responder, tomó un poco de aire y decidió decir algo que incluso respondería otra de las tantas preguntas de Daredevil.

-Una Black Widow.

Melissa

No recuerdo mucho de mis años en Cuba. Tenia 5 y recuerdo que salía mucho con Papá mientras Mamá estaba en casa. Una de esas tardes estábamos a unas cuadras de llegar a mi casa y de la nada solo escuche un auto frenar en seco y luego de un parpadeo sentí unos brazos sujetándome y arrastrándome al interior de una camioneta. Mi padre gritaba y luchaba con uno de los tipos pero el maldito saco su arma y vi como le disparo al pecho, lo ultimo que vi en los ojos de mi padre fue un dolor terrible y ese dolor ahora lo llevo conmigo... A veces siento que para siempre.

Todo eso fue para venderme a los que manejaban la maldita Habitación Roja.

Lo que si recuerdo de mi adolescencia es que las personas a quienes me vendieron solo me enseñaron una cosa... matar. A mi y a otras mujeres como yo que habían sido arrancadas de los brazos de sus padres.

Durante todos esos años hicieron de mi una maquina asesina. Solo seguía ordenes y ni siquiera podía controlar mi cuerpo en muchas ocasiones. Solo era una espectadora que veía una pantalla llena de sangre. Hasta que un día Natasha Romanoff destruyo la Habitación Roja y nos librero. Fue el momento en que creí que había dejado de ser una asesina para siempre, que podría tener una vida, que podría hacer una familia y ser finalmente feliz.

Fue así durante un tiempo.

Luego de que la mitad del mundo se hizo polvo yo tuve la suerte de tener una familia. Mi hermosa bebe se llamaba Laura como mi madre y mi prometido se llama Chris. Decidimos adoptarla meses después del blip. Vivíamos en una casa llamada El Dorado, a las afueras de Nueva York. Él era un ingeniero de sistemas, uno muy bueno. La casa la había heredado de sus padres. Era la casa mas hermosa que jamás había visto y pensábamos solo quedarnos ahí toda la vida. Tenia un hermoso jardín donde salía caminar con Laura y una pequeña capilla donde solíamos tomar café Chris y yo. Vivía el sueño que tuve miles de veces mientras trabajaba para la KGB.

Pero fui tan estúpidamente ilusa de pensar que jamás despertaría de ese sueño.

Ahora Melissa se sentía totalmente expuesta hacia Matthew. No pudo ocultar su tristeza y dolor, mucho menos ante sus sentidos. Solo se limpió las lagrimas con sus mangas y siguió hablando sin mirar fijamente a Daredevil.

-¿Sabes que sucedió la ultima noche que vi a mi familia?

-No puedo imaginar eso.

-Entonces imagínate una realidad donde te quitan para siempre las personas que mas amas en el mundo. Lo único que te quedaba. Lo único que te hacia sentir... humano.

Matthew inmediatamente recordó como unos años atrás Foggy y Karen desaparecían y él no pudo hacer realmente nada mas que quedarse solo y pensar que sería para siempre.

-Lo lamento mucho, Melissa. En serio lo hago.- Matt trata de tocar su hombro pero ella lo evita alejándose un poco.

-No soy alguien a quien le debas tener lastima, Diablo. ¿Sabes lo que hice luego de eso? Me pasé los últimos años cazando a todo aquel involucrado en el asesinato de mi familia. Uno por uno en todo el mundo.

-¿Quiénes son?

-Te dije que solo respondería una pregunta. Solo diré que no era gente relacionada con mi pasado, iban tras mi esposo, solo que no sabían quien era su prometida... Aun así yo fallé en proteger a mi familia. No fui entrenada para ser una heroína, sino una asesina.

Melissa iba a golpear fuertemente una pared pero Matthew la detuvo demasiado rápido y susurro algo cerca de su oído.

-Puedes ser más que eso. Tu puedes elegir.

Melissa observaba detenidamente los labios de Daredevil y miraba su barba de varias semanas que rodeaba la comisura de sus labios, solo pensaba en una cosa cuando los miraba pero se contuvo al ver como Daredevil respiraba cada vez mas rápido.

-No te metas en mi camino, Diablo.

-No quiero hacer eso. Quiero ayudarte. Ve a Nelson, Murdock y Page mañana. Confío en ellos. Cuéntales todo y así podrán ayudarte a ti y a tu compañera.

-Ella no sabe nada de mi. Ni siquiera me llamo Melissa. No quería involucrarla en esto. Tengo que matarlos a todos antes de que le hagan daño.

-Si sigues atacando la asesinaran. Cubrirán sus rastros con tal de defenderse y luego irán por ti. Eras una Black Widow pero eso no te hace invencible. No puedes hacer esto sola. Además de querer ayudarte hay otra razón por la cual esto ya es personal.

-¿Cuál es?-Dijo susurrando más bajo en un tono suave.

-Se metieron con mi ciudad.

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⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

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The Devil's Heart | Matt MurdockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora