El Nuevo Portador de Zafkiel

Capitulo 7

[Adiós Date a live, Hola Date a Bullet]

Si no tienes un sueño. Mueres.

Si no tienes un objetivo. Mueres.

Si no tienes un propósito para vivir. Mueres.

Esas reglas eran las únicas que tenías que tener en mente para sobrevivir en el Mundo de los espíritus. Más correctamente llamado como el Mundo Vecino.

Los recuerdos de Tokisaki Shirou estaban bloqueados en su mayoría. Solo su propia identidad y la propia identidad de Tokisaki Kurumi estaban a la mano. Junto a la información de su propio Angel.

La vista aburrida de Shirou paso por toda la ciudad totalmente vacía y desierta. A pesar de que sabía que solo era un escenario para otro momento. Ciertamente era una vista algo tétrica.

Alzo una ceja cuando escucho una respiración agitada cerca de su lugar. Sujetando la pistola de <Zafkiel>, observo con curiosidad a la pequeña figura vestida completamente de blanco que se sujetaba con terror a las barandillas.

—(Una Empty... Mmm).

Por la forma en que miraba a toda la ciudad y lo agitada que la notaba, era claro que estaba asustada.

—....... ¿Alguien está ahí?

◇

—¿U-una persona? ¡Disculpa!

Desde el punto de vista de la chica. La primera impresión que tuvo fue la de una belleza fría y oscura.

Mirando desde abajo hacia arriba. En la cima de la chimenea del edificio, de piernas cruzadas con brillante cabello negro agitándose suavemente con el viento.

Poco después de haber intentado llamar su atención, un sonido de bala resonó. Y una fuerte presión de viento golpeó su oreja.

Mientras la figura seguía mirándola inexpresivamente e Inclinando la cabeza. Su línea de visión se encontró con la suya. Y sus ojos parpadearon.

—Lo lamento.

Después de escuchar el sonido de su voz, Después de abrir los ojos, vio como la persona de ropas negras descendía desde la chimenea y aterrizaba en el suelo frente a ella. Poco después, la chica se percató de lo verdaderamente hermosa que era la figura.

Un reloj estaba grabado en su pupila izquierda. Haciendo un suave tic tac cada que la manecilla de los segundos se movía. Se necesitaría estar cerca para comprobar que las manecillas de los minutos y la hora se movieran con flojera.

El otro ojo. Con un fuerte color rojo sangre impregnado.

Su ropa era, por no decir, extravagante y exudando una pequeña aura de dominancia.

Un sombrero de marinero negro y rojo con un reloj grabado en el combinado a un traje militar de manga corta. Botas altas negras y calentadores de brazo acolchados de color negro y una media falda negra y roja cayendo por ambos lados de su cintura y su espalda.

Shirou hablo con una expresión aburrida.

—Sin querer, dispare.

—(¿Disparar?).

Al mirar más de cerca, noto una pistola arcaica sostenida por las manos del pelinegro. Y detrás de ella, una de las mesas del café había Sido destruida.

—¿¡Querías matarme?!

—Simplemente dispare.

La sonrisa suave de su rostro no se desvaneció. Lo cual le hizo sentir un fuerte escalofrío recorriendo su espalda.