Fate:Cuento de dos reyes

Lascivo Capítulo 1

Scathach supo que había encontrado oro en el momento en que Mya decidió acercarse a ella hace unos días con "buenas noticias".

Claro, ella se había mostrado escéptica de haber podido llamar la atención sobre algo condenatorio hacia Joseph para realmente hacer algo con respecto a su atracción por él, pero... luego entregó algunas cartas de las que increíblemente no estaba consciente. Cartas que hablaban de algunas 'dudas' que el joven rey ha ido teniendo sobre su firme postura ante la oposición que planteó a sus insinuaciones. Un indicio de vergüenza que surgió de un evento muy inesperado que se desarrolló la última vez que la pareja fue vista cerca del Rey Arturo y "su" esposa.

Un cuarteto.

Joseph había formado un cuarteto en su primera interacción sexual extraconyugal con otras dos mujeres. El escandaloso detalle simplemente despertó en la bruja que empuñaba la lanza un sentimiento de irritación casi nunca antes sentido. Pero esa insatisfacción flaqueó ante las otras cartas que sugerían algún esfuerzo por parte de Mya para abrirse tanto a ella como al pequeño 'diablillo romano' con respecto a cualquier 'oportunidad interesante'. Para sorpresa de Scathach, él había mostrado interés por ella, pero menos por 'Lucy'. Lo cual era razonable considerando lo directo que era a veces el pelirrojo. Diablos, solo para darle 'misericordia', la ex reina de Escocia tuvo que atarla y convertirla en su estado de ser más honesto: una chica sumisa que buscaba una sola cosa. Y eso fue ser 'tocado' por el que la derrotó hace meses.

Bastante divertido, pero terriblemente intenso debido a lo ruidoso que era el mocoso. De ahí que su yo sometido pareciera extremadamente más delicioso que cualquier cosa que pudiera haber ofrecido cuando estaba desatada. Una vez que la trampa estuvo colocada y todo estuvo listo para funcionar, Scathach se preparó en una de las esquinas superiores del dormitorio, esperando tranquilamente mientras Lucy descansaba felizmente bajo las sábanas de la única cama en toda la habitación. Pasaron unos minutos y finalmente llegó Joseph. Estaba tranquilo, sus sentidos no habían detectado su presencia para su alivio y... notó a Lucy.

Se acercó lentamente mientras desenvainaba su espada y parecía listo para atacar en caso de que fuera un enemigo, pero el atisbo de sorpresa en su rostro lo dijo todo. Pronto la puerta se cerró por la propia intervención de Scathach y el joven se giró para ver su mirada resplandeciente brillando a través de las sombras que los rodeaban. Una mirada nerviosa, una mirada de comprensión surgiendo justo ahora en su expresión cuando pudo captar la vibra presentada por el estado de desnudez en el que se encontraba Lucy.

"S-Scatha-" Trató de decir, pero su maestro fue más rápido y no estaba dispuesto a escuchar ninguna excusa.

"Hablé con Mya y le preocupaba que debido a sus condiciones estuvieras recibiendo menos atención de lo habitual. Un tema que, a decir verdad, es bastante problemático con un deber estresante como el tuyo, Joseph", intervino la mujer y explicó suavemente. "Por desgracia, consideré oportuno emplearme a mí y a mi pupilo actual para asegurarme de que su estrés desaparezca".

"¿No puedo elegir?"

Su sonrisa no decayó. De hecho, se fortaleció tan pronto como se atrevió a decir eso.

"Bueno, si crees que estoy equivocada, estoy más que feliz de participar en una batalla tediosa y mortal para disminuir tu estrés y tal vez vencerte hasta someterte por romper el amable corazón de tu esposa", reprendió la mujer con confianza, dos Gae Bolgs aparece por sus manos y-

"E-Eso no es muy justo", argumentó adorablemente y Scathach sólo pudo reírse divertido de lo tonto que era.

La débil defensa nació de las mismas dudas que le habían incitado a reflexionar sobre el estado actual de las cosas. Un pequeño mentiroso que necesitaba más enseñanza por lo que parece. Y Scathach estuvo más que feliz de dar una lección más que suficiente sobre cómo ser honesto en ese sentido.