Escena 11

3 1 0
                                    

Karma, karma, karma... Similar a la Ley del Talión: "Ojo por ojo, diente por diente", aunque, para este, su definición varía un poco: "Ojo por ojo, diente por diente y cabeza"; en otras palabras, el primero te cobra lo justo; el otro, lo justo más intereses... así como los bancos...

- Hice mal, lo sé... pero, por favor, dame otra oportunidad.
- Eso es imperdonable.
- Por favor...

Había iniciado una relación.

- Por favor...
- No...

Y había terminado mal.

- Solo te amo a ti.
- Eso no fue lo que pensaste cuando lo hiciste.

Lo estoy viviendo... ¿Qué es esta sensación?... Me parece familiar.

- Pero...
- Esto se acaba aquí... Ya aguanté lo suficiente... No quiero estar con una mujer así.

Y me fui; salí por la puerta del centro comercial. Este sentimiento de traición... ¿Por qué me hizo eso? ¿Por qué?

- ¿Lo olvidaste? - dijo una voz.
- ¿Qué?
- ¿Ya lo olvidaste?

Desperté... ¿Quién me estaba pidiendo perdón?... ¿Y de quién es esa última voz?, que me hizo desenterrar un recuerdo que intenté desaparecer de mi cabeza... Creo saber quién fue, y qué me está queriendo decir.

Tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora