Capitulo 4: Genya no quiere amigos.

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Genya

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Genya.

- APURATE GENYA! - Nemi me gritó desde la sala.

Mi aniki había conseguido un trabajo en el instituto más popular, por esto me cambió de instituto para que me fuera directamente con él.

Por suerte y solo había pasado una semana desde el inicio de clases, no será tan complicado.

- ¡GENYA! - La puerta de mi habitación se abrió de golpe por una patada que Nemi le dió.

- Ya iba a bajar...

- ¡Cállate, no quiero llegar tarde por ti!

Salió de la habitación, yo agarre mi mochila y lo seguí.

- Acomódate la corba...

- ¡Esa maldita corbata no se quiere poner y ya! - me interrumpió mientras tiraba de la corbata. - La voy a quemar.

- No es necesario llegar a ese extremo, Nemi -. Me adelante para estar enfrente de él y acomodar la corbata.

- Tks, ya suelta - me apartó cuando termine de arreglar la corbata y agarro sus cosas, saliendo del apartamento, yo lo seguí.

- Más te vale no decir tu apellido cuando yo me presente - Abrió la puerta del auto con brusquedad.

- Pero, ¿entonces que voy a decir?

- ¿Y yo que voy a saber?, inventa algo.

Suspire y entré en el auto junto con él.

- Nemi...

- Tampoco me llames así, no quiero que vean que eres mi hermano, ¿entiendes?

- Esta bien...

Mire la ventana y suspiré, sé que Nemi no quiere que sepan que somos hermanos porque pensarán que al ser de mi familia, me pasará las notas y me ayudará.
Ya nos pasó una vez.

Mientras íbamos en camino hacia el instituto, Nemi frenó de golpe, haciendome echarme hacia delante bruscamente, por suerte que tenía el cinturón de seguridad.

- ¡Mira por donde pasas loco imbecil!

Miré hacia el frente y vi a un chico que parecía más bien chica corriendo, de cabello negro con puntas azules y le llegaba a los hombros, tenía el uniforme del Instituto Kimetsu. Justo donde nosotros nos dirigimos.

- ¡Jódase viejo! - Le gritó el chico-chica.

Oh, no debió de hacer eso.

- ¡MALDITO CARA DE NIÑA! - Unas venas se marcaron en la frente de Nemi, se quito el cinturón bruscamente listo para bajarse, pero lo detuve.

- Nemi, es tarde...

El chico-chica se había ido corriendo, seguramente iba tarde.

- YA SÉ, ¡¿CREES QUE SOY IMBÉCIL?!

Profesor de Educación Física (Giyuutan) EDITADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora