chica traviesa

capitulo 38

Stephanie colocó ambas manos firmemente en el alféizar de madera de la ventana e intentó levantarse. Desde su posición ventajosa, todo lo que podía ver eran dos arbustos bien cuidados y la parte superior de la casa del vecino. Como todavía tenía problemas de verticalidad, se puso de puntillas en un intento de ver un coche.

"Alguien está emocionado por su gran fiesta de pijamas", arrulló Nana. Estaba triste al ver partir a su nieta de tamaño divertido.

"Más nerviosa que emocionada", suspiró Stephanie. Sus pequeñas pantorrillas estaban sobrecargadas y se sentía cansada y sedienta.

"¿Te estaré esperando mañana por la mañana?" Nana se arrodilló con cautela junto a Stephanie. Se dio cuenta de que la falda de mezclilla floral de Stephanie se subía por la espalda y dejó al descubierto su pañal limpio. Nana se bajó la minifalda y preguntó: "¿O finalmente irás a casa con mamá y papá para besarte y maquillarte?".

La pregunta provocó una oleada de mariposas en el pequeño estómago de Stephanie. Después de escuchar al Dr. Collins y Milly hablar sobre las otras niñas, se sintió aún más en conflicto con la decisión de sus padres. En cada caso, la decisión de los padres parecía justificada según los datos. Pero a nivel superficial, ¿cómo podrían poner una pausa en la vida de su hijo?

'¿Cómo pudieron mis padres poner una pausa en mi vida?'

Ni sus padres ni el Dr. Collins han revelado el expediente de Stephanie. Una parte de ella quería saberlo, mientras que la otra no podía soportar la idea. No quería saber qué funesta fatalidad acechaba en lo desconocido.

"¿Hola? Tierra a Stephanie", Nanna golpeó juguetonamente la cabeza de Stephanie, "¿hay alguien en casa?"

"¿Qué? Oh, lo siento, Nanna", Stephanie se apartó de la ventana para mirar a su abuela. "¿Dijiste algo?" Stephanie se mordió el labio inferior cuando sintió una mano acariciar la parte inferior de su pañal.

"Te preguntaba si tenías tu biberón de la mañana. Normalmente te cambio el pañal a esta hora todos los días", sonrió Nana. Su pequeña nieta meneó tímidamente la cabeza y se chupó el dedo. "Guarda esa succión para tu biberón o para tu mamá", se rió Nanna y se fue a la cocina.

Stephanie gimió en silencio, pensando en su momento íntimo con su mamá. Sintió que era muy vergonzoso sentir la necesidad de amamantar a su madre. Sin embargo, calmó sus preocupaciones como ninguna otra cosa.

'¿Por qué tuve que huir así? ¿Qué pasa si ya no le agrado?"

Nanna regresó al estudio silbando con una botella de leche en la mano. Vio los ojos de Stephanie enrojecerse y una lágrima rodando por su suave mejilla.

"¡Oh, pobre bebé! Ven con Nanny y lo haré todo mejor", Nanna se arrodilló con los brazos abiertos.

Stephanie cayó en el cálido abrazo y hundió la cabeza en el cuello de su Nanna. Sintió cinco dedos rascando su espalda en un patrón circular. El perfume perfumado normalmente resultaba desagradable cuando abrazaba a su Nana, pero la hacía sentir segura y amada.

"¿Falta alguien, mami?" Preguntó Nanna y sintió un pequeño asentimiento debajo de su barbilla. No pretendía molestar a Stephanie. Quizás, después de todo, el tiempo separados sí repara los corazones.

Stephanie se sintió reacomodada en el regazo de su abuela. Hizo todo lo posible por mantener la cabeza bajo la barbilla de Nanna hasta que sintió algo suave presionar contra sus labios. Instintivamente, Stephanie se giró y abrió la boca. Mientras mamaba, un chorro constante de leche reconfortante caía en cascada sobre su delicada lengua. Stephanie se relajó en los brazos de Nanna, sin importarle que la acunaran como a un bebé.