♡ : CAPÍTULO XXI

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Jeongin golpeó su cabeza varias veces en el volante del auto mientras lloriqueaba. No podía cometer el mismo error dos veces, no podía ser normal, ya no era un error era el hecho de que su estupidez sobrepasaba los límites de la naturaleza.

—No. —se quejó nuevamente.

Miro su celular nuevamente y después se decidió que lo mejor sería llamarlo, después de todo no podía hacerlo sólo.

—Hey. —escucho un saludo de respuesta. —¿Quieres devolver el tiempo a unos... Seis años?

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Alzó la cabeza cuando escucho a Jisung tocar la ventana y mirarlo con una sonrisa fuera del auto, quitó el seguro y su mejor amigo entro confundido.

—¿A qué te refieres con devolver el tiempo? —pregunto mirándolo fijamente.

Jeongin miro el volante por casi un minuto sin decir nada para luego mirarlo.

—Salgamos. —susurro.

El menor no dijo nada más y salió del auto para luego seguir al mayor hacia la farmacia que estaba justo en frente de donde estaba estacionado, Jisung sólo se confundió más, pero no hizo ninguna pregunta.

—Espérame aquí, ¿Sí?

Asintió aún confundido quedándose parado junto a la puerta, dedicándole una sonrisa incómoda a cada persona que entraba o salía. Luego de varios minutos Jeongin estuvo frente a él con un intento de sonrisa.

—¿Qué pasa? —ya estaba ansioso.

—Vamos a casa.

Volvió a asentir sin decir nada.

Desde el día que Jara se fue a EE.UU Jeongin no volvió a ser el mismo, se la pasaba como si estuviera modo avión, no entendía nada y no escuchaba cuando le hablaban, honestamente estaba preocupado por su amigo, pero ahora mismo no podía hacer más que seguirle el juego.

—Bueno...

Subieron al auto y luego de varios minutos llegaron al departamento.

—Iré al baño, ¿Sí?

—Jeongin, ¿De qué va todo esto? —pregunto tirándose al sofá.

—Yo creo...—dijo en un susurro, pero luego sacudió la cabeza. —Ya vuelvo.

Jisung rodó los ojos esperando por su mejor amigo, pasaron quince minutos y nada sucedía.

—¡Jeongin!

—¡Ya voy!

Escucho los pasos del menor hasta que llegó frente a él con la mirada baja y cubriendo algo con sus manos.

—¿Me vas a explicar?

Asintió mirándolo a través de sus pestañas.

—Pero no te enojes.

—Hay que ver que hiciste esta vez. —susurro cruzándose de brazos con una pequeña sonrisa.

—No. —dijo seriamente. —En serio no te enojes...—le pasó el alargado palito que Jisung pudo identificar rápidamente como una prueba de embarazo.

Dos rayitas, positivo.

Jisung estuvo varios segundos mirando de la prueba hacia Jeongin, para luego soltarla y llevar sus manos a su cabeza mientras apoyaba los codos en sus rodillas. Estuvo así por minutos.

—Sunggie...—susurro tocando su hombro.

El menor se incorporó tomando una respiración. Mirándolo sin pestañear por varios segundos.

—Tu...

—Sunggie, yo sé que...

—Tu estás loco. —asintió rápidamente. —Jeongin, ¿estas embarazado de Hyunjin? —cuando el menor iba a responder lo interrumpió poniéndose de pie. —¡De nuevo! Es que, ¿Ustedes no saben que es un maldito condón?

—No sé, no sé, no se. —negó cubriéndose el rostro.

—Si lo haces una vez se perdona, ¡, pero ya van por el segundo! ¿¡Cuando va a ser el maldito día en el que van a aprender!? Dos niños, tienen veinticuatro, yo...—negó con la cabeza. —Es que ustedes son los seres humanos más estúpidos del mundo...

Jisung continúo gritándole y diciéndole lo estúpido e idiota que era por haberse embarazado nuevamente.

—Si, pero ya Sunggie que yo tampoco quería. —susurro con un puchero.

—Ya no sé qué más decirte. —negó por fin sentándose. —Voy a ser tío de nuevo. —sonrió.

—¿Eh?

—¡Ay es, pero que sea niño! —se acercó a Jeongin posando su mano en su vientre.

—Sunggie, ayúdame, ¿Qué hago? —pregunto cubriendo sus ojos.

—¿Cómo qué, "qué haces"? —pregunto separándose. —Obviamente vas a ir a renunciar y te largaras a Estados Unidos con tu hija y el padre de tus hijos.

—Pero el contrato...

—Jeongin, si esa gente decide demandarte sólo usa tu poder de embarazado. —se encogió de hombros. —Y si aun así te demandan pues que Hyunjin lo resuelva, esta cagado en dinero. Y si él quiere a su futuro hijo con él deberá resolver todo porque su hijo está en tu pancita.

—No sé si pueda aceptar eso. —dijo inseguro.

—Deberás. —asintió sonriendo. Acarició la inexistente pancita del mayor para luego alzar la mirada.

Jeongin tenía la misma mirada que aquella noche donde le había dicho que estaba embarazado de su primo y se negó a llamarlo para decirle. De eso habían pasado seis años y todos sabían cómo había terminado.

—Oh no, no, no y no. —se incorporó mirándolo seriamente. —No lo harás de nuevo, ¿okey? Te amo, pero esta vez no te voy a ayudar, le diré yo si no le dices tu.

Jeongin lloriqueo.

—Tengo miedo, ¿Y si luego se queda con los dos? Sunggie, él tiene dinero y yo no tengo nada, y si voy tampoco tendré trabajo, el juez se los dará sin pensarlo.

—Eso no va a suceder, verás que todo saldrá bien. —tomo sus manos apretándolas.

—¿Cómo sabes? —pregunto con los ojos llenos de lágrima.

—Innie, Hyunjin te ama...

—Obvio que no. —soltó una risita en medio de las lágrimas. —¿De qué hablas?

Lo miro por unos segundos para luego sonreír.

—Él me lo dijo.

Jara ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora