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|୨Chocolate and chocolate୧| • • •
Como joven ama de casa, no tenía mucho que hacer. Habías hecho las tareas del hogar de la semana y hecho todas las compras, y solo era miércoles. Esto haría que la semana fuera larga y aburrida.
Sería diferente si tuvieras un niño que cuidar, pero lamentablemente eso aún no había sucedido. Y puede que nunca suceda si su marido continúa mostrando tan poco interés en el sexo. A veces parecía como si hubiera olvidado que existías.
Desearías que te diera un bebé si no quisiera prestarte atención. De esa manera no sólo tendrías algo en qué ocupar tu tiempo, sino que también tendrías a alguien a quien amar y alguien que te amara. Ni siquiera estabas segura de si tu marido ya te amaba. Su relación no era la misma que cuando se casaron por primera vez hace dos años.
En estos días, lo único que realmente querías era que él volviera a casa, te arrancara la ropa y te follara como si no hubiera visto a una mujer en años. Querías sentirte deseada, así que Recientemente había adquirido el hábito de tocarse sexualmente mientras su marido estaba en el trabajo. Estabas tan hambrienta.
El otoño había llegado y se había ido en esta época del año y afuera hacía bastante frío. Con el invierno a la vuelta de la esquina, encendiste la chimenea del salón. Realmente no te importaba la alfombra de piel de oso que tu marido insistía en tener frente a la chimenea, pero no valía la pena luchar para intentar deshacerte de ella.
Con el fuego encendido, te acurrucabas en un suéter cómodo y pusiste alguna estación de radio sin sentido para llenar el silencio de la casa vacía. Mientras escuchaba la radio y ordenaba un poco la habitación, se preguntaba si tal vez debería tener un perro o un gato.
Entonces sonó el timbre, eso es raro. Pensaste. Rara vez recibías visitas durante el día. Te acercaste y abriste la puerta.
"Hola, señorita. ¡Mi nombre es Willy Wonka! ¿Le importaría probar un poco de mi chocolate en este hermoso día?"
"¿Buen día? Hace mucho frío ahí afuera", dijiste mientras estabas asombrado por la belleza de este hombre, su abrigo púrpura brillante y su sombrero de copa color chocolate con leche añadían una especie de entusiasmo estrafalario a su atractivo.
