Me desperté con la vista entumecida. En cuanto conseguí abrir los ojos, sentí la necesidad de cerrarlos debido a la lámpara de luz blanca que reflejaba su luminosidad sobre mi rostro. Las imágenes eran poco claras. Aunque, después de acostumbrarme a la luz, conseguí observar mi alrededor.
Me encontraba recostada sobre una camilla de clínica. Quise moverme, pero por defecto cada extremidad de mi cuerpo estaba amarrada a una muñequera.
Con todas mis fuerzas, intenté liberarme pero resultó en vano. Cada vez que ejercía resistencia solo lograba lastimarme las muñecas hasta déjarlas coloradas. Lo mismo hice con mis pies, aunque no logré nada.
Noté que aún seguía vestida con la misma ropa que antes, lo que causó que me relajara un poco. No obstante, la preocupación se apoderó de mí cuando reconocí que Javern estaba acostado sobre una de las camillas que se situaban a mi lado, quien también permanecía sujeto a unas muñequeras.
—Javern... —hablé por lo bajo para que se despertara, pero no recibí ninguna respuesta de su parte—. Hey... Javern, responde —insistí.
Asimismo, me percaté de que el resto de mis amigos también se encontraban en la misma habitación que nosotros. El grupo estaría completo si no faltaran Leah y Delayn, quienes todavía continuaban desaparecidos.
Un ruido me distrajo. La puerta de seguridad se abrió por la mitad, dejando el paso libre a quien quisiera ingresar a la habitación. Al mismo tiempo unas voces se aproximaban tras entablar un tipo de conversación.
Cerré los ojos y fingí estar dormida.—Debemos terminar esta tarea lo más pronto posible. En cualquier momento van a despertar, y todavía siguen sin tener un destino en este laboratorio —habló una voz femenina al ingresar a la habitación.
—De acuerdo, doctora Alana. Tomaré nota de lo que se decida —le contestó un hombre.
—Empecemos por este extremo —un sonido agudo se dejó escuchar, entonces supe que estaban lejos de mí. Entrecerré los ojos para observar la situación sin que me descubrieran.
Ambos se posicionaban frente a la camilla de Nethe. Estaban vestidos con unas batas sanitarias y unos gorros para sostener el cabello. El hombre sujetaba una libreta y pluma en su mano; esperaba a que la tal Alana terminara de buscar un par de archivos en la pantalla holográfica de su tablet, seguramente era información acerca de Nethe.
—Grupo dos —nombró al terminar de leer, y el hombre se dispuso a escribir. Luego avanzaron hacia Ewald—. Este irá al grupo uno. Se divertirá entre tantas bestias.
«Grupo uno... Grupo dos... ¿Qué es eso?» me pregunté a mí misma.
—Vaya, vaya... Mira a quienes tenemos aquí —la doctora parecía ya conocer a Pick y a Tara. Ni siquiera tuvo que leer los archivos de su tablet para informarse acerca de ellos—. Escaparon para volver a terminar en el laboratorio. Es una lastima, esta vez no tendrán tanta suerte.
—¿Qué tal si mandamos a cada uno a un distinto grupo?
—Buena idea, les mostraremos quien manda. Anota al chico en el grupo uno y a la chica en el grupo dos —dijo mientras avanzaba hacia Javern. Ya estaba muy cerca de mí, así que tuve que cerrar los ojos completamente.
—Grupo dos, ¿verdad, doctora?
—Me leíste los pensamientos. Anotalo en el grupo dos y terminemos con esto de una vez por todas.
—Muy bien, esta chica es la última —comunicó el muchacho—. Es de suma importancia elegir su grupo.
—No te hagas el responsable, Alexander. Esta parte del trabajo siempre es un juego para nosotros.
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Ocultos en el Bosque
FantasyVives en el centro de la naturaleza. Te rodean los altos árboles y de gran verdor. La belleza del bosque te enamora. Sin embargo, lo que acontece en él te asusta. Durante el día, los guerreros del Valle Contver salen a matar. Pero, en la noche, Wen...