Eclipse De Sol Y Luna. Maxi Espíndola Y Maia Reficco.

Capitulo 1

Para Maxi, era como cualquier otro día en el palacio desde ese fatídico suceso en el que sus padres murieron y desde ese día, él se juró a sí mismo no volver a ser el mismo chico dulce y tierno que fue alguna vez en el pasado.

Estaba sentado en el sofá de la sala viendo unos fotografías hasta que una dulce voz lo sacó de la burbuja en la que se encontraba. Deberías dejar de torturarte a vos mismo por lo que pasó. Comentó la chica abrazándolo.

Entiéndeme tini, simplemente no puedo, sabes qué día es hoy?, el día en el que toda la felicidad para mí se extinguió y no puedo evitar sentirme culpable. Respondió con melancolía mientras que guardaba las fotos. Y qué haces acá?, no deberías estar molestando a alguien más que no sea yo?.

No trates de negarlo primo, sabes que me quieres. Contestó con una sonrisa divertida mientras que lo agarraba por las mejillas. Y era cierto, la adoraba, como si de una hermana menor se tratara; ella era una chica que sus padres habían acogido junto con su madre cuando él solo tenía unos 5 años aproximadamente, ella era una simple mortal al igual que su mamá y sus padres la habían contratado para que les sirviera por un tiempo, pero unos años después, Mariana falleció de una enfermedad, dejando a sus dos hijos huérfanos y para que ellos no corrieran con la misma suerte, Priscila decidió convertirlos para que se volvieran parte de su familia, y así fue, ahora, esos dos hermanitos eran todo lo qué le quedaban.

En fin, el consejo me envió a buscarte. Comentó apartándose de él para agarrar una manzana que se encontraba en la mesa.

Y ahora qué quieren?. Preguntó con fastidio y frialdad.

No lo sé, creo que otro de los de nuestra especie desapareció.

Todo esto es obra de los malditos lobos!. Exclamó golpeando la pared con furia.

Hei, eso no lo sabes.

Entonces quién?, ellos!, son los culpables de todas nuestras desgracias, y si no se trata de ellos, seguramente son los patéticos humanos que han querido exterminarnos desde hace siglos.

Maxi?, el consejo te está buscando. Comentó un chico alto y de ojos verdes.

Ya lo sé villamil, ya lo sé; y deciles que ya voy para allá.

Como usted ordene. Dijo y se marchó.

Por otro lado, Maia estaba jugando un partido de fútbol con sus amigos para tratar de no pensar en lo que había sucedido hace tiempo, pero fue en vano, ya que se distrajo y gracias a eso recibió un pelotazo en la cara que la hizo caer al suelo al instante.

Mai, estás bien?. Interrogó su mejor amigo mientras que la ayudaba a ponerse de pie.

Si Agus, tranquilo, no me pasó nada.

Segura de que no me estás mintiendo?, mira que si seguís así te va a crecer la nariz como a Pinocho. Dijo mientras que le colocaba el brazo en los hombros para seguir caminando hacia donde se encontraban los demás.

Por qué no te puedo mentir?.

Aamm, quizás porque soy tu mejor amigo?.

Sí sabes qué día es hoy?.

Aaah, martes?.

Hablo en serio.

Aaaaah, vos te referís al día del accidente?.

Eso no fue un accidente, y estoy segura de que los vampiros tienen que ver con todo esto.

Y cómo lo sabes?.

Porque es obvio!, querían acabar con toda mi familia, y todo por el simple hecho de que nos ven como una amenaza.

Y amenaza pooor?.

Porque nos ven como una amenaza, y no toleran que seamos mejor que ellos pero sabes qué?, no voy a dejar que toda esta situación me afecte; después de todo, soy una alfa y no pueden competir con eso.

Me encanta tu optimismo pero, tenemos que irnos.

Que?, y por qué?.

Martín me acaba de escribir y me dijo que los del consejo te están buscando.

Y por qué?.

Parece que otro de los nuestros desapareció y si no paramos esto pronto podría ser una catástrofe.

Bien, iré a hablar con ellos.

Suerte Mai, y tené cuidado.

Siempre lo tengo. Dijo y se despidió de su mejor amigo para emprender camino hacia donde la estaban esperando, pero como el camino era un poco largo, decidió parar para tomar una fruta de un árbol por si le daba hambre, pero justo cuando estaba por agarrar un mango de un árbol, mágicamente desapareció.

La chica un poco extrañada al pensar que era porque se había caído, se giró para ver qué había pasado y cuando lo hizo, se encontró con un chico más alto que ella, de tez blanca, ojos verdes y pelo castaño.

Pero qué haces?, no ves que esa era mi merienda?.

Ay perdón, era tuya?, no vi que tuviera tu nombre escrito. Respondió con sarcasmo.

Vos me la robaste.

Yo no robé nada, solo la tomé antes que vos.

Aa, ladrón y mal educado.

Jajajajajaja, mal educado yo?, vos sos la que llegó acá a gritarme como una loca, que acaso no sabes quién soy yo?.

Si, un imbécil.

Cuida tus palabras chiquita.

Quién te pensás que sos vos como para tratarme de esa manera?.

Yo debería preguntarte lo mismo.

Yo pregunté primero.

Solo te diré niña, que soy un ser total y completamente superior a vos.

Disculpa?. Preguntó la chica cruzándose de brazos mirándolo de forma desafiante.

Lo que escuchas, y si me disculpas estoy perdiendo mi tiempo por estar hablando contigo así que. Respondió y se alejó caminando.

Espero que para la próxima seas más cortés!. Le gritó.

Lo dudo chiquita, y para la próxima, deja de hacer tanto drama por una estúpida fruta!. Replicó y se fue.

Después de ese momento, se dieron cuenta de que no podrían verse sin estar discutiendo como perros y gatos, pero tal vez y solo tal vez, ese encuentro tan particular, se convertiría en la respuesta a todas sus preguntas.