Eclipse De Sol Y Luna. Maxi Espíndola Y Maia Reficco.

Capitulo 10

La chica estaba empezando a entrar en pánico al ver que ya habían pasado como 30 segundos y nada que reaccionaba, intentó sacudirlo por los hombros pero eso no dio resultado. Maxi por favor reacciona. Dijo más para sí misma mientras que pensaba en una solución, y ahí fue cuando por primera vez se tomó el tiempo para verlo más a detalle.

Debía admitir que el chico le parecía atractivo, era más alto que ella, tenía el pelo castaño, piel blanca que parecía ser más suave que la porcelana, unos brillantes y encantadores ojos verdes que enamorarían a cualquiera, y estaba más que claro que por lo visto se ejercitaba a diario, porque por lo poco que pudo notar, tenía una contextura bastante similar a la de su mejor amigo, y aunque estaba más que claro que muchas chicas se morían por él, ella nunca consideró verlo de esa forma, ya que se conocían desde que tenía memoria, aparte de que ya consideraba a Agustín como el hermano que alguna vez tuvo pero que lo perdió por culpa de esos colmilludos inmortales, aunque no por eso iba a negar que su mejor amigo no tenía sus encantos; volviendo con maxi, la chica se había dado cuenta de que se quedó mirándolo más de lo necesario, y rápidamente apartó la mirada para pensar con claridad en que era lo que iba a hacer, pero cuando regresó la mirada hacia el chico no pudo evitar ver sus labios.

Esos labios que lucían tan suaves y provocativos, tal vez si solo... No!. La chica se maldijo a sí misma por tener ese pequeño pensamiento hacia él y lo mal decía por verse tan malditamente encantador.

Fue tanta la adrenalina que sin querer terminó por darle una cachetada en la mejilla derecha que le enrojeció la piel al instante.

Auch!, pero que mier... Vos!. Exclamó señalándola mientras que la miraba como si quisiera matarla en ese mismo momento. Te volviste total y completamente loca?!. Le reclamó mientras que se colocaba la mano en donde había sido golpeado.

Yo... Yo... Yo, de verdad lo siento mucho, es que... Parecías como ido y fue lo primero que se me ocurrió. Comentó realmente apenada mientras que intentaba sonar natural.

Y no pudiste usar otra técnica o por lo menos ser un poquito más sutil?!.

Por favor perdóname, es que no supe qué más hacer. Dijo mientras que intentaba buscar las palabras correctas para formular la siguiente pregunta. Y... Mira, sé que yo no debería meterme porque apenas nos conocemos y que tal vez nuestra relación sea un poco... Amm, como lo digo?, diferente, pero... Me gustaría saber qué fue lo suficientemente grave como para desestabilizarte de ese modo?. Preguntó colocándose frente a él mientras que le tomaba las manos con ternura.

Mira Maia, no es que quiera sonar grosero pero, lo que pase o no con mi vida no es tu problema.

Pero solo quiero entenderte, yo solo...

Gracias, pero no Gracias, y no me hace falta que me estés consolando después de que casi me dejas como el exorcista.

Ay sí perdón, por favor deja que te cure eso... Respondió avergonzada mientras que buscaba el botiquín de primeros auxilios pero cuando intentó tocarlo, el ojos claros simplemente se apartó de ella dejándola completamente confundida.

No me toques, estoy bien, no tenés que preocuparte por mí y ahora sí me disculpas, tengo que irme. Dijo caminando hacia la puerta si ni siquiera mirarla.

Pero maxi espera tu... Pero antes de terminar la oración el muchacho le terminó por cerrar la puerta en la cara. Teléfono. Comentó mientras que recogía el teléfono del suelo y verificaba que estuviera en buen estado.

Por otro lado, maxi llegó lo más rápido que pudo a la casa en donde se encontraban tini y Emilia y cuando llegó, se bajó rápidamente del auto para adentrarse a la casa y preguntarles a las chicas que era lo que había ocurrido.

Cuando entró, se encontró con sus dos amigas sentadas en el sofá esperando su llegada. Maxi dónde estabas?, me estaba empezando a preocupar por vos. Comentó tini para ponerse de pie y darle un pequeño abrazo.

Estoy bien hermanita no te preocupes, y ustedes cómo están?, emi qué fue lo que pasó?. Interrogó preocupado mientras que la miraba de arriba a abajo para asegurarse de que no tenía ni un solo rasguño.

Descuida bebé estoy bien, digo maxi, el problema está en que todos están preocupados por lo que pueda llegar a pasar después de esto.

Pero cómo fue que sucedió?. Le preguntó mientras que se sentaba en otro sofá que se encontraba enfrente de ellas.

No lo sabemos, emi me contó que estaba con los chicos cuando de repente llegaron Isabela y caro muy alteradas diciéndoles que habían asesinado a alejo y que isaza se encontraba gravemente herido.

Juan Pablo también?!, la puta madre, esto no puede estar pasando, pero se encuentra bien?.

Si, tranquilo, acabo de hablar con Rugge y me dijo que ya despertó, pero que no recuerda mucho y que no sabe quién fue el que los atacó.

Cómo querés que me tranquilice Emilia?, si todo lo que está pasando es por culpa de esos desalmados perros que buscan la manera de acabar con nosotros, y lo que me da más bronca es que prácticamente contribuí y se los puse en bandeja de plata cuando lo único que debía hacer era protegerlos, pero lo único que estuve haciendo fue protegerme a mí mismo, y ahora miren cómo terminó todo.

Pero eso no es tu culpa y lo sabes maxi.

Ya lo sé tinita pero lo pude haber evitado, y ahora no sé qué vamos a hacer porque primero, no cabemos todos acá, segundo nos descubrirían y no lo podemos permitir, tercero, está más que claro de que no podemos regresar, porque eso es justo lo que quieren y esa sería una muerte segura para los tres, y no es lo que quiero pero... No sé qué hacer, toda esta situación se me está saliendo de las manos y no sé cómo controlarlo, no sé cómo hacer para evitar que se vuelvan a aparecer por allá, pero tampoco quiero arriesgar a nadie y...

Maxi cálmate, estás muy estresado y dolido, y eso no te va a llevar a nada. Comentó tini sentándose a su lado.

Pero...

Pero nada; mejor ve a descansar, tuviste un día largo y pensarás las cosas con más claridad en la mañana. Dijo mientras que lo abrazaba por los hombros y le daba un cariñoso beso en la mejilla.

Gracias por siempre estar ahí, a las 2. Contestó mirando por primera vez a Emilia en toda la conversación.

Siempre vamos a estar ahí para vos cuando nos necesites, ahora ve a dormir. Le ordenó su casi hermana a lo que él solo asintió para dirigirse a su cuarto y hacer lo que estuvo reteniendo por todo ese tiempo, llorar, llorar porque otra vez había perdido a alguien que le importaba, alguien que consideraba su amigo, pero ya no iba a dejar que esos sentimientos lo dominaran, porque ya no iba a permitir que volvieran a dañar a otro de sus amigos, de eso estaba total y completamente seguro, los iba a proteger con todo lo que tenía sin importar quién saliera lastimado en el proceso, sin importar cuántas vidas tenía que sacrificar para proteger a los que amaba, aunque eso significará dar su propia vida a cambio.