Podía sentir la humedad en mi estómago y algo suave acariciarlo.
Alguien...estaba hablándome, pero no lograba entenderlas.
Mi conciencia vuelve y se va, pero puedo sentirlo...no estoy en un futón o recostada sobre algo, estoy en los brazos de alguien.
Alguien me sostiene y eso hace que entre en pánico. ¿Va a sacrificarme?, ¿Van a tirarme al fuego? ¿O aún rio?
Pienso tanto que mi estado de conciencia dura menos, cuando vuelvo a despertarme puedo sentir la humedad en mi frente y puedo distinguir las voces.
—Calmate, está viva —dice la voz de una mujer—. Está recuperándose, dale tiempo.
—Lo se —esa era la voz de un hombre—. Necesito que descanse bien, nuestro viaje es largo.
¿Viaje? Deben estarme confundiendo con otra mujer.
Intento abrir mis ojos con todas mis fuerzas, pero no logro hacerlo. Mi cuerpo no me responde y es donde me canso de intentarlo, me vuelvo a quedar dormida otra vez.
Es como si no hubiera podido respirar antes y justo ahora todo el aire se junta eso hace que despierte de golpe, para cuando me doy cuenta ya estoy sentada con una mujer que me pide que me tranquilíce.
—Debes tranquilizarte, estás bien —dice, mientras agarra mis manos, tiene bastante fuerza—. No te vamos a hacer nada.
Somos las únicas en esa habitación, no se dónde está el hombre al que he estado escuchando, sigo forcejeando con la mujer.
—¿¡Qué pasa Tsunade!? —asi que él es el dueño de esa voz—. Ya desperto...
¿Tsunade? Lo dicho por mi madre viene a mi mente.
Hay una mujer llamada Tsunade que podrá ayudarte y eliminar la maldición.
Los observo a ambos detenidamente, no parecen malas personas, pero a pesar de todo no puedo confiar en ellos completamente.
—Eres la hija de Sakura —dice la mujer mientras me observa—. Te reconocería hasta en el mismo infierno.
Me ofrecen agua, pero me niego al principio.
—Nosotros no te haremos daño —dice el hombre—. Al contrario estamos aquí para protegerte.
Acepto el agua, mientras evaluo el lugar donde me encuentro, mientras lo hago los escucho murmurar.
—¿Entonces no era muda?
—Te estoy diciendo que no.
—Quiza le cortaron las cuerdas vocales.
—No soy muda —digo, aunque mi voz sale un poco ronca.
—Shikadai dijo que era muda —comenta el hombre.
—Creo que es claro, que ella lo engaño —responde Tsunade—. Lo hiciste muy bien cariño.
—Preparare todo, tenemos que irnos lo más pronto que podamos —dice el hombre.
—Boruto, van a tener que quedarse está noche si o si —su voz sale un poco más fuerte—. Entiende, ella no está lista para viajar.
—Ya llevamos dos días de retraso.
—Eso no importa, o prefieres llegar pronto aunque sea con ella muerta.
Me estremecí al escucharlos.
—Bien, iré a comer algo —dice, mientras sale de la habitación.
Boruto, así se llama el hombre que me rescato.
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La Hija De La Bestia (Pausada)
FantasyCuando era pequeña no entendía el por qué las personas me miraban de la forma en la que lo hacían. En sus miradas había, odio, desprecio, asco y miedo. Solían llamarme de formas hirientes, bruja, la niña maldita, la niña bastarda o su favorito, la h...