Sentí movimiento a mi alrededor, normalmente no tenía el sueño pesado, pero ahora que no descansaba bien me era muy difícil despertar. Era demasiado cálido.
—Entraremos a una posada —dice Boruto.
Y es donde caigo en cuenta, él me lleva cargada, intento bajarme, pero él aprieta con fuerza mi brazo.
—En una de las fogatas llegaron unos hombres nuevos, me temo que pueden ser los mismos que nos estaban siguiendo, así que acuesta tu linda cabecita y hazte la dormida hasta llegar a la posada, tengo que revisar nuevas rutas.
No respondo, solo hago lo que él me pide. Después de todo, él es el que sabe, cierro mis ojos y me hago la dormida como él dijo.
—Bienvenidos, ¿En qué podemos ayudarlos? —es la voz de una anciana.
¿En qué? Un cuarto que más, quiero responder.
—Un cuarto, por favor con una buena cama.
—Claro, por supuesto pero eso serán una monedas más.
—Tengo lo suficiente.
—¿Vienen de las fogatas? —pregunta la voz de un hombre.
—A mi prometida no le gustan esos lugares, preferimos un lugar más íntimo —dice con un tono de voz calmado—. Por eso necesito su mejor cama.
—Con gusto, pero por favor no quiebren nada o tendremos que cobrarlo —advierte la mujer.
Quiero bajarme, es lo único que pienso y cuando cierra la puerta es lo que hago.
—¿Tenías que decir eso? —pregunto—. Era mejor que dijeras que éramos hermanos o algo así.
—Eso que importa, estás toda roja.
Se acerca y coloca su palma en mi mejilla.
—Después de todas las cosas que dijeron esos ancianos, como no.
—En realidad, creo que tienes fiebre.
—¿Qué?
A mí casi nunca me daba fiebre, mi madre cuidaba tan bien de mí que casi nunca me enfermaba.
—Debió hacerte mal los cambios de temperatura, acuéstate un momento revisaré las rutas.
—No has descansado nada —señalo, me quito el cuero de encima.
Ya estoy toda seca.
—Descansare después —dice—. Espero que no te moleste compartir la cama.
Claro que lo hace, pero.
—Para nada —digo.
—¿En serio?
—Dormia en el mismo cuarto con mis padres —digo—. Pensaré en ti como alguien cercano a mí y ya.
Me acuesto en la cama, aunque no pretendo dormir lo hago.
El sueño siempre había sido ligero para mí, pero ahora no lo era, pero no estaba en un sueño estaba en una pesadilla.
Veo los cuerpos de mis padres llenos de sangre, dos hombres me sujetan de las manos.
Ellos lo hicieron...
Volteo hacia un lado al escuchar el susurro en mi oreja.
Un hombre ordena que se lleven los cuerpos de mis padres y suplico que no lo hagan, agarran mi cabello con fuerza y jalan hacia atrás, arrastrandome.
Todo se vuelve oscuro de repente, y cuando abro los ojos, estoy boca abajo en un charco de sangre, me levanto rápidamente limpiando la sangre de mi boca, busco a mis padres con desesperación.
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La Hija De La Bestia (Pausada)
FantasyCuando era pequeña no entendía el por qué las personas me miraban de la forma en la que lo hacían. En sus miradas había, odio, desprecio, asco y miedo. Solían llamarme de formas hirientes, bruja, la niña maldita, la niña bastarda o su favorito, la h...