Sinopsis.

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Cuando era pequeña no entendía el por qué las personas me miraban de la forma en la que lo hacían.

En sus miradas había, odio, desprecio, asco y miedo.

Solían llamarme de formas hirientes, bruja, la niña maldita, la niña bastarda o la hija de la bestia.

Quisiera decir que eso me hizo mas fuerte, pero estaría mintiendo, solo me hizo crecer con desconfianza  en todos los sentidos.

Claro que no me quedaba callada, nunca lo hice, pero eso no significaba que sus palabras no me dolieran, solía usar de quien era hija a mi favor, aunque después  terminara regañada por mi madre por eso.

No entendía,  pero ahora se el porque de su odio y miedo, después de todo no mentían, si soy la hija de bestia.

Ahora que lo pienso bonito apodo para el hombre que me procreó... ¿quién se lo pondría? Debió haber sido por algo...

Bueno y eso a mi que me importa.

Estoy muriendo... Se supone que debería tener recuerdos de lo corta, pero "maravillosa" que fue mi vida, pero no es así

Toso de nuevo y la sangre sale de mi boca, me cubro inútilmente la herida de mi vientre, puedo sentir la sangre salir de mi cuerpo y la forma en que se derrama al sentirla a los costados de mi cuerpo.

Soy tan estúpida.

Quiero llorar y gritar, madre dijo que huyera y que me mantuviera a salvo no dure ni una semana lejos de ella.

Dijo que buscara "ayuda" para saber la verdad sobre la maldición, para que la disuelvan, dudo que puedan.

Solo hay una solución.

Si muero sin dejar descendencia, la maldicion se acabará. Eso esta bien, no debería haber existido en primer lugar.

Si muero, todo dejara de doler. Diablos, sí, ya no soporto el dolor en mi vientre, dejare de sentir, dejara de doler.

¿No puedo morir más rápido? Debió haber clavado su katana en mi corazón.

No quiero vivir, pero aun no quiero morir. No me despedí.

Miro el cielo oscuro, lleno de estrellas ¿o son almas? ¿vienen por mí? Da igual.

Dudo que almas de el cielo vengan por mí, en todo caso serían las de abajo.

Aún puedo oír lo que pasa a mi alrededor, los gritos de las personas, los cortes a sus cuerpos, como entierran sus katanas en las espaldas de los hombres, los golpes en los cuerpos de las mujeres y las pisadas de los niños al correr perdiéndose en el oscuro bosque.

Mi vista se oscurece, pero puedo escuchar a alguien correr hacia a mí.

¿Terminara con lo qué aquél hombre empezó?

—Sarada —susurra una voz que no logro reconocer.

Es una voz muy encantadora y atractiva.

Sí, ese es mi nombre quiero responder, pero caigo a la inconsciencia.

La Hija De La Bestia (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora