La tarde se deslizaba lentamente en el pequeño pueblo, con sus calles adoquinadas y casas que contaban historias de décadas pasadas. En la tranquila casa que Mark y Allison compartían, un giro inesperado del destino estaba a punto de desencadenarse. Mark, revisando su buzón, encontró un sobre que yacía oculto en un rincón oscuro.
El sobre, sellado con un gesto de urgencia y marcado por la caligrafía inconfundible de Derek, despertó una chispa de curiosidad y temor en el corazón de Mark. La presencia de Derek, aunque ausente físicamente, siempre flotaba como una sombra sobre su relación con Allison. Con manos temblorosas, abrió el sobre y se encontró con las palabras que Derek había dedicado a Allison.
Las líneas escritas por Derek destilaban sinceridad y confesión, revelando secretos que Mark ya sabía. Mientras leía cada palabra, un torbellino de emociones se desataba en su interior. La verdad, como una llama encendida, iluminaba la habitación, pero también arrojaba sombras sobre el amor que había cultivado con Allison.
En un acto impulsivo, pero motivado por una mezcla de compasión y miedo, Mark decidió ocultar la carta. Escondió el sobre en un lugar donde sabía que Allison no lo encontraría fácilmente. Se convirtió en el guardián de un secreto que amenazaba con socavar la estabilidad que habían construido juntos.
Llegó la noche, Mark y Allison se encontraban emocionados porque al día siguiente sería su boda; la verdad como una sombra inminente, se cernía sobre ellos, esperando el momento oportuno para desvelar su rostro. La pregunta que resonaba en la oscuridad era si Mark había tomado la decisión correcta al proteger a Allison de la verdad que podría cambiar sus vidas para siempre. Solo el tiempo, implacable y revelador, tendría la respuesta.
La iglesia estaba adornada con flores blancas y luces tenues, creando una atmósfera de romance y expectación. El día de la boda de Allison y Mark había llegado, y la emocionante mezcla de nervios y alegría llenaba el aire. Mark, en su impecable traje de novio, esperaba ansiosamente en el altar, con el corazón latiendo a un ritmo acelerado.
Allison, deslumbrante en su vestido blanco, caminaba por el pasillo acompañada por la suave melodía de la música nupcial. Sus ojos brillaban con la emoción mientras se acercaba hacia el lugar donde Mark la esperaba con una sonrisa expectante. La ceremonia transcurría como un cuento de hadas, con votos emocionados y promesas de amor eterno que resonaban en la iglesia.
A medida que los recién casados intercambiaban anillos y se sellaban con un beso, un espectador solitario observaba desde la penumbra. Derek, oculto en la parte trasera de la iglesia, presenciaba la unión de Allison y Mark con una mezcla de emociones complejas. La verdad que había compartido a través de la carta pesaba en su mente, pero también sentía un atisbo de resignación.
Mark, en su papel de esposo y guardián de un secreto oscuro, lidiaba con sus propios pensamientos tumultuosos. Mientras observaba la ceremonia desde el altar, no pudo evitar preguntarse si Allison había descubierto la carta. La incertidumbre lo atormentaba, pero se aferraba a la esperanza de que, quizás, ella había decidido ignorar su contenido.
El banquete nupcial transcurrió con risas, brindis y la alegre celebración de la nueva unión. La felicidad de los recién casados iluminaba la sala, y Derek, desde su posición periférica, se sumergía en la realidad de que su antiguo amor había construido un nuevo camino junto a otro hombre.
Derek había tomado la decisión de dejar que el pasado permaneciera enterrado en el rincón más oscuro de sus recuerdos. La carta, con su verdad reveladora, permanecía oculta en el cajón de la memoria de Mark. El espectro del asesinato y la confesión no se había interpuesto en el día especial de Allison y Mark, al menos por el momento.
Mientras los invitados brindaban y bailaban, Derek se retiró discretamente, desvaneciéndose en la noche como un espectro solitario. Su amor por Allison era como una llama que aún ardía, pero había decidido no ser el agente del caos en su vida. Prefería cargar con el peso de su propio pecado que destruir la felicidad que ella había encontrado en brazos de otro.
La noche avanzaba, y Derek, lejos de las risas y la música alegre, se encontró frente al reflejo de la luna en el tranquilo lago del pueblo. La luz plateada iluminaba su rostro, revelando una mezcla de tristeza y aceptación. Había decidido seguir adelante, permitiendo que Allison construyera su felicidad con Mark, aunque fuera a costa de su propio sufrimiento.En el interior del salón Allison y Mark bailaban su primera danza como marido y mujer, envueltos en la promesa de un futuro juntos. Mientras tanto, Derek, en la penumbra de la noche, decidía cerrar ese capítulo de su vida. La carta permanecía en la sombra, guardando secretos que amenazaban con desencadenarse algún día, pero por ahora, él seguiría adelante, fingiendo que nunca había pasado.
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Dejé ir al amor de mi vida y le escribí un libro
JugendliteraturDesde que era niña siempre creí en el amor verdadero y sinceramente siempre creí que tendría ese final feliz. Asistencia creativa proporcionada por ChatGPT de OpenAI