3 - Susan y Amelia Bones

1.6K 63 1
                                    

Susan Bones regresó de unos rigurosos exámenes para obtener su certificación en derecho mágico. Los únicos exámenes más estrictos eran los de sanador y los de auror. Aun así, estaban a la altura y Susan no pudo evitar alegrarse de su rendimiento. Sólo se había quedado en blanco una vez, mucho menos que en los exámenes de Hogwarts.


Estaba impaciente por contarle las buenas noticias a su tía. Susan dejó caer la capa sobre la silla.

"¡Tía Amelia, ya llegué!" gritó Susan. Aún no había respuesta, pero tal vez Amelia estaba arriba en su estudio y en uno de sus despachos.

La tetona ex Hufflepuff sonrió. Sabía cómo la tía Amelia podía meterse en su trabajo y no quería distraerse en ningún momento. Susan subió las escaleras de un salto y, sin duda, la puerta del despacho estaba entreabierta.

Susan se acercó y abrió la puerta. De todas las cosas que esperaba ver, lo que se encontró la dejó estupefacta. La única razón por la que Susan no gritó fue porque se había quedado sin aliento.

Amelia Bones estaba arrodillada en el suelo delante de un joven. La gran polla de este joven salió de la madura boca de su tía y Amelia emitió una serie de fuertes sonidos de succión.

Susan observó cuando su tía se hundió en el falo más grande y grueso que la bruja de dieciocho años había visto en su vida. Vio cómo los jugosos labios de su tía subían y bajaban y le daban a este joven un servicio completo.

Las sorpresas continuaron cuando Susan vio a quién estaba unida la gran polla. Ella vio desde su punto de vista a Harry Potter.

Su tía se arrodilló delante del joven mago más poderoso de su país para servirle. Su tía, la Ministra de Magia, chupó la gran polla palpitante de Harry Potter.

A Susan le temblaron las rodillas. Por casualidad, una silla apareció debajo de ella. Susan Bones se dejó caer en la silla, mareada y sin aliento.

"Bien, Amy, muéstrame quién es tu amo", dijo Harry.

Los jugosos labios de Amelia succionaron el palpitante falo del joven. Los dedos de Harry se enredaron en su pelo rojo.

Harry gruñó cuando Amelia continuó chupándosela. Las manos de la bruja de talento manoseaban y acariciaban los huevos de Harry e intentaban sonsacarle la carga.

Amelia sopesó las pelotas de Harry en su mano y apreció la enorme carga que estaba por venir. Las bragas de la bruja se empaparon.

"Pensar en lo que diría la prensa si te viera actuando como una vulgar puta, chupándosela a un hombre lo bastante joven como para ser tu hijo", dijo Harry. "Pero, te ves tan jodidamente bien chupándomela".

Amelia sonrió. Le hizo al mago más poderoso de Europa una mamada completa que nunca olvidaría. Su lengua se arremolinó alrededor de la cabeza y el pene. Acunó los huevos de Harry y jugó con ellos. Saboreó los primeros toques dulces y salados en su lengua y quiso más.

Harry gimió al sentir el calor y la estrechez de la boca de Amelia. Ella le acunó las pelotas con las manos.

Un gruñido siguió y el contenido de las bolas de Harry salpicó su garganta. Amelia chupó su semilla hasta el fondo cuando varios chorros gruesos y potentes se abrieron camino hasta su garganta. Se alimentó de su semen, chupándole los huevos hasta dejarlos secos al cien por cien.

Harry Potter - Eine authentische ReiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora