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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Harry Potter

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Capítulo 6

No era frecuente que Harry abriera los ojos el primero. Normalmente se había acostumbrado a despertarse con húmedos ahogos y ruidosos sorbos mientras una linda pelirroja pecosa o un ratón de biblioteca de grandes pechos le pulían la perilla a primera hora de la mañana. Las dos chicas que compartían su cama habían crecido dependientes de un desayuno estrictamente programado, una barriga llena de semen caliente.

Sin embargo, esta mañana, su segunda madrugada en Hogwarts, sus dos chicas seguían completamente dormidas. Echó un vistazo a su pecho, donde Hermione estaba muerta para el mundo, gimiendo suavemente en sueños. Entonces se dio cuenta de que aún tenía su mano acariciando su grueso trasero, mientras ella tenía sus gruesos y suaves muslos envueltos alrededor de una de sus piernas, meciendo lentamente los labios de su coño desnudo contra él.

Ginny estaba desmayada entre sus piernas, con la cabeza apoyada en su otro muslo y la gruesa polla medio erecta sobre su cara. Podía ver la rolliza elevación de su culo desnudo sobresaliendo detrás de ella mientras dormitaba.

Luego, estaba la mujer a su izquierda. Narcissa Black. Llevaba la sonrisa angelical y dichosa de una mujer satisfecha. Ligeramente estropeada por la forma en que su delineador de ojos negro ahumado se corría por sus mejillas a causa de las lágrimas que había derramado cuando él le había follado la garganta con tanta rudeza hasta altas horas de la noche. Estaba desnuda, con su afelpado y pesado pecho de MILF aplastado tan cálidamente contra el de él. Tenía una mano acunando suavemente su vientre, como si sintiera que la vida empezaba a hincharse en su matriz.

Sintiéndose descarado, Harry quiso despertarla de un modo especial. Le dio a Hermione un dulce beso en la frente y la apartó suavemente. Luego arrancó los brazos de Ginny de debajo de su pierna, la chica parecía negarse a separarse de su polla, incluso dormida. Luego volteó a la tetona MILF sobre su estómago.

La nueva jefa de la casa Slytherin estaba tan agotada de haber sido arada chillando toda la noche, que apenas dejó escapar un gemido mientras dormía.

Harry se deslizó por la cama y se sentó sobre sus largas y esbeltas piernas, contemplando el paradisíaco espectáculo de los gruesos y afelpados muslos de Narcissa apretados justo debajo de su suave y nacarado culo blanco. Como solían tener todas las brujas, las níveas nalgas blancas de Narcissa eran un espectáculo glorioso para la vista. Gruesos en su justa medida, sobresaliendo para formar un par de globos de forma perfecta.

Harry no pudo resistirlo y deslizó lentamente las manos por la piel perfectamente tersa de sus muslos hasta manosear suavemente la carne tierna y maleable de su grupa pastosa y deliciosa.

Luego abrió bien aquellas gruesas mejillas, revelando el tierno punto rosado que se ocultaba delicadamente entre ellas.

Había unos cuantos hechizos y rituales sorprendentes que eran habituales en la sociedad de magos. Uno de los cuales, era un ritual especial que quemaba el exceso de desechos en el cuerpo. Esto era quizá en parte la razón por la que las brujas tenían unas figuras tan perfectas... pero también tenía un pequeño y delicioso efecto secundario. Sin residuos en el cuerpo, no había necesidad de ir nunca al baño.

Eso significaba que aquel pequeño y glorioso capullo de rosa anidado entre las gruesas y celestiales nalgas de Narcissa... sólo servía para una cosa. Otro apretado y cómodo agujero en el que enterrar su polla.

Harry Potter - Eine authentische ReiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora