Después de esa ajetreada noche, Akiko se encontraba caminando hacia su casa junto al trío felino, como los bautizó después de apreciar cómo estaban planeando secuestrar los gatos de la zona, algo que le pareció bastante tierno la verdad, por lo que sentía que el apodo les quedaba perfectamente.
Sorprendentemente, el complejo de departamentos donde vivían Baji y Chifuyu no quedaba lejos de su casa, al llegar los jóvenes apreciaron un pequeño complejo con seis departamentos económicos, con la diferencia que donde se suponía deberían estar los demás departamentos de la zona baja, solo se encontraba una puerta, la cual la joven la abrió diciendo que esa era su hogar.
Los jóvenes entraron curiosos por saber cómo era y se sorprendieron que los tres departamentos fueron fusionados para crear uno más grande, provocando que miraran a la joven, quien solo les sonrió para luego encerrarse en su habitación, cambiándose de ropa, colocando su uniforme escolar.
—El complejo le pertenecía a mi padre, esta era su casa de soltero, y podía sostenerse un poco con la renta de los tres lotes que quedaron arriba, también pensaba arrendarlos, pero después de una charla con mi asistente social, decidí que lo usuaria como refugio para personas que no puedan volver a sus casas o cosas por el estilo — habló tras la puerta, sus palabras sorprendieron sobre todo a Kazutora, quien no se esperó que la joven después de todo, aún quisiera convivir con gente como ellos, unas causas perdidas según la sociedad.
Estando todos listos para ir al instituto decidieron tomar caminos diferentes, Chifuyu y Baji se fueron primero porque el greñudo quería pasar a una tienda de mascotas antes de llegar a clases. Por su lado, Kazutora se subió a su moto, para luego lanzarle un casco a Akiko, quien lo recibió con torpeza, el mayor solo hizo un gesto para que suba a la moto, algo nerviosa hizo caso al gesto subiendo en la parte trasera aferrándose al asiento, ya que sentía que si lo abrazaba sería algo vergonzoso.
El viaje fue tranquilo, Kazutora no quiso ir muy rápido al ver que era la primera vez de Akiko en una moto por su lado, la joven disfrutaba el momento sintiendo el aire contra su cara, tenía que admitir que algo de frío le daba todo eso, mientras se felicitaba mentalmente por colocarse unas calzas debajo de la falda escolar, evitando cualquier suceso vergonzoso.
Llegaron al cabo de unos minutos, quedaban cinco minutos para entrar, Kazutora le dijo a Akiko que se adelantara, mientras él estacionaba la moto cerca de la escuela. La joven, por su parte, estaba nerviosa y como no estarlo, se suponía que volvería a la escuela después de doce años de no ir, claro que había cosas que recordaba bien, pero después del incidente nunca fue lo mismo, pero ahora todo era diferente, tenía una extraña emoción por poder tener una oportunidad de empezar todo de nuevo, la verdad es que ella aún no creía lo que estaba pasando, pero se prometió ser más sociable esta vez, trataría de hacer amigos.
Estaba emocionada creyendo que todo saldría perfecto, pero al llegar a su aula sintió la mirada de sus compañeros clavada en ella, Akiko con menos confianza que antes, agachó la cabeza dirigiéndose a su escritorio sentándose, los murmullos empezaron provocando un malestar en ella mientras tocaba su pelo corto por su ataque en la noche "¿Será que me queda mal?, capaz se ve muy desastroso" eran sus pensamientos mientras ocultaba su cara entre sus brazos esperando que la clase empezara pronto. Se estaba rindiendo rápido, pero era normal, nunca llamaba la atención, había personas que hasta le molestaban.
—No sabía que Mizukamiya era una zorra que le gusta salir con pandilleros—ese comentario ya no era un murmuro, esa chica que estaba sentada sobre su escritorio en frente lo había dicho fuerte y claro para que todo el salón se entere, unas risas no tardaron en aparecer. Ahí entendió la habían visto llegar con Kazutora a la escuela, suspiro algo estresada ignorando sus palabras, haciendo que la chica frente a ella se enojara por no sucumbir a su provocación.
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Anomalía | TOKYO REVENGERS
Fiksi Penggemar¿Que harías si pudieras cambiar tu destino? ¿Tomarías la oportunidad, ha pesar que eso pueda afectar a la línea temporal? Con su último aliento, la joven, lo único que pudo pensar antes de caer inconsciente, era en su antigua compañera de clase, la...