.3. El plan

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.3.

El plan


Hermione estaba caminando con su tercera taza de café de la mañana en manos, cuando Harry apareció a su lado con una mueca en su rostro. La bruja puso los ojos en blancos, sabiendo que no sería nada agradable.

— ¿Qué es? — preguntó, sin realmente querer una respuesta, pero sabiendo que él se lo diría de todos modos.

— Hay una reunión y te necesitamos — su amigo pidió, dejando de mirar a los lados para centrar su atención en ella. Hermione no aminoró la marcha. No tenía interés en ir a ninguna reunión fuera de su departamento.

— Soy responsable del cumplimiento de la ley mágica, Harry, ¿Qué podrías precisar de mi en una reunión de aurores? — insistió, desaminada ante la perspectiva de que él estuviera ahí en primer lugar.

— Es algo que le importan a todos los departamentos. — Harry ofreció, alzando las manos al aire. — Es importante. Sabes que nuestro pocionista murió hace un mes y desde entonces nos hemos estado arreglando con las pociones que estaban en stock, pero se están terminando y algunas siquiera están en calidad... — en ese punto Hermione le envió una mirada que dejaba bastante en claro todo lo que podría salir mal si tomaban pociones vencidas. Harry ignoró su mirada y siguió con su relato — pero no funcionó.

— Me pregunto por qué será — Hermione se sintió en la obligación de resaltar lo obvio.

— El otro día Travis se quemó y no había nada para eso. Sabes como es importante tener las pociones adecuadas en el momento adecuado.

Hermione se detuvo en su andar, suspiro, sabiendo que estaba ante una lucha pérdida. Harry la conocía muy bien como para saber que teclas presionar.

— ¿Y que se supone que debo hacer yo? — ella preguntó, — No hago pociones, Harry, y no se de nadie que las haga. Deberían contratar a alguien, el señor Mlit estaba hace mucho en sus últimos días, ¿Nadie pensó en eso antes?

— Sabes que nadie piensa en nada antes, solo tú — Harry se aventuró, con una sonrisa tirando de sus labios. — te precisamos como alguien que puede hacer que esto avance más rápido.

Hermione suspiró, y trató de girar sobre Harry para seguir su camino, pero él le impidió avanzar poniéndose delante de sus pasos. Hermione casi dejó caer la taza de café, pero la sostuvo con más fuerza. Con la misma que estaba deseando sostener a Harry en ese momento.

— Eres responsable por el cumplimiento de la ley, si dices que bajo Ley el Ministerio tiene que tener un pocionista contrato, nadie dirá nada y nos ahorraremos un par de discusiones. — Harry continuó argumentando.

— No me necesitas para esto — Hermione trato, más una vez, de ser comprendida. Pero Harry no se veía dispuesto a ceder. Por lo que ella gruñó para demostrar su punto antes de continuar— Bien, pero solo dedicaré media hora a esa reunión.

— Eso será suficiente — su amigo estuvo de acuerdo con una amplia sonrisa mientras le indican el camino — Es por acá. Ya te están esperando.

Hermione lo miró incrédula ante eso.

— ¿Qué ibas a hacer si no iba? — la bruja preguntó cuando visualizo la sala ocupada por más de cinco personas a medida que avanzaban hacia ella.

— Sabía que iba a funcionar — canturreo él demostrando su felicidad.

Hermione se abstuvo de decir nada porque en ese momento el ministerio Kingsley Shacklebolt abrió la puerta y le hizo un ademán para que entrara. Dentro, además del ministerio que estaba en pie al frente, también había un auror más, y otros encargados de otros sectores, como accidentes de tránsito mágico y regulación de la salud mágica.

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