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Isa

En mi vida he leído todo tipo de cosas, me he imaginado en miles de situaciones y he fantaseado con cosas tan poco morales que de seguro ya me han reservado un lugar en el infierno, sin embargo, estar esta noche en el auto de un desconocido con fama de psicópata no representa un peligro real, esta experiencia es a lo que yo llamo "estar viva de verdad". Sin darse cuenta me sacó de una burbuja que me tenía asfixiada, me liberó de un circulo que por mas que intente ir a la vanguardia con los cambios de la sociedad, aún tiene reglas arcaicas.

-Intenta dormir Sirenita, mañana nos espera un largo trayecto.

Esas fueron las palabras de Alessio antes de salir del auto, ¿A dónde? No lo se. No puedo ver bien los alrededores de donde sea que estemos. Intento dormir, pero mi mente va a mil por hora, quiero afrontar esta situación como una persona normal, pero, sigo fantaseando con sus brazos apretándome contra su pecho y esos labios... Creo que he tenido demasiado tiempo de sequía, mi cuerpo necesita acción... ¡mierda! Creo que después de todo si soy el bicho raro que tanto le gusta señalar a la Famiglia.

Parece que me quedo dormida, pero el dolor en mi cuerpo es insoportable, las ataduras están muy apretadas, busco a mi alrededor, encontrándolo en el asiento del conductor fumando.

- ¿Podrías desatar estas cuerdas? -le pregunto a Alessio.

- ¿Crees que estás en condiciones de pedir eso? -me responde el pendejo.

-Mmm no lo sé, nunca me habían secuestrado imbécil. Mira, no voy a huir, no soy estúpida, no se donde estoy y no tengo mi celular o dinero. Solo quiero descansar y, ¿podrías dejar de fumar acá? Que insoportable olor.

-Estoy seguro de que así no es como funciona un secuestro Sirenita. Aflojaré tus cuerdas un poco, pero mañana las apretaré de nuevo.

Alessio salió del auto y vi como arrojaba su cigarrillo al piso, abrió la puerta y se incorporó a mi lado. Juro que llamas recorrieron todo mi cuerpo cuando sus manos se posaron sobre mi cuerpo, comenzó a desatar las cuerdas, pero su mirada estaba en mis ojos, luego pasaba a mis labios y todo se sentía tan bien, tan correcto.

No sé en qué momento ocurrió, pero mi cuerpo se movió de modo tal que quedé frente a frente con él, las cuerdas ya no estaban, podía mover mis brazos y como si estuviese en un hechizo comencé a tocar su cabello y luego su cara, sus labios, su cuello.

- ¿Sabes siquiera en lo que te estas metiendo? -preguntó Alessio.

-No, pero asumiré cada maldita consecuencia. -no lo pensé, simplemente me arrojé sobre él y lo besé. 

La chispa adecuada (Alessio Falcone e Isa Vitiello) FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora