—¿De verdad?
Jungkook asiente con el teléfono en altavoz sobre la barriga, jugando con una pelota a lanzarla de arriba a abajo recostado en su cama.
—Si, estaba muy alterada y no escuchó lo que le dije.— Jin se ríe a carcajadas en la linea —Oye, esto es serio.
—Es de mala comedia, hombre. No puedo creer que resultara tan bien para ti.
—No precisamente.— atrapa la pelota y la mantiene entre sus dedos, mirando al techo pensativo —Que sí, SoHee ya no es una carga en mi conciencia, pero oye, un poco de respeto. Yo la quería.
—Tanto que te follaste a Hoseok sin pensar en ese cariño.— silencio absoluto, quizás solo el ruido del corazón de Jungkook rompiéndose — Oye, sabes que soy directo, no me odies por decir la verdad. Trato de ayudarte con esto.
—Lo sé.— y la pelota vuelve de nuevo a subir y bajar —¿Estás en casa? Quiero despejarme un rato de toda esta situación. ¿Nachos y League of Legends?
—Uh.. Me encantaría, lo sabes hombre, pero en este momento estoy un poco... Hm, indispuesto...
Jungkook se levanta sobre la cama y se sienta al borde, sinceramente ofendido por tan mala excusa. Tanta es su molestia que olvida la pelotita que cae, miserable y sola, contra el colchón.
—¿Estás hablando en serio? Jin, conozco todas tus excusas, no puedes negarme nachos. Es el código, ¡El maldito código! ¡Amigos antes que chicas!
—Tengo novio, por si se te olvida.— SeokJin parece removerse y el ruido de las mantas de fondo siendo apretadas hace sus palabras menos claras —Y si, amigos antes que chicas... O chicos, yo sé, conozco el código no puedes joderme con eso. Enserio no es un buen momento, ¿Vale?
—Es domingo.— insiste, casi suplicando —Qué es tan importante un domingo para no ver a tu mejor amigo de la adolescencia, ¿eh?
—Estoy enfermo.
—¡Patrañas!— el chico toma su chaqueta del perchero, dispuesto a ir a casa Kim quiera o no.
—Es fiebre porcina
—Porque eres un cerdo, sí, pero eso ya se sabía.
—Tengo el periodo.
Jungkook se detiene en el camino a la puerta. —No me jodas. Voy para tu casa, ve encendiendo el ordenador.
—¡Que me duele el culo, con un demonio!— Jungkook se detiene abruptamente antes de cerrar la puerta a su espalda. Se aclara la garganta y siente como se le enrojece la cara.
—Así como... De ¿dolor... Dolor?
—¿Qué otro puto dolor conoces? No pienso discutir esto contigo por teléfono ni por ningún otro medio de comunicación. Voy a colgar.
—¡No, Jin, espera!— bufa —Yo... Te llevaré analgésicos ¿De acuerdo? Ya olvida el Lol pero si quieres hacemos los nachos.— su amigo suspira y balbucea cosas inentendibles —Además no puedo dejar sólo a mi hermano en tan magno evento...— cierra la puerta y guarda las llaves, con una gran sonrisa en el rostro —¡Perdiste tu virginidad! Otra vez... Pero esta vez no estarás sólo.
—¡¡Te atreves a venir a mi casa y haré que NamJoon te empale con la escoba, Jeon Jungkook!!
—Te llevo helado también y hielo para tu bonito trasero. Estoy en veinte en tu casa, chau, te amo.