¡Dale marioneta, son las 7 levántate!

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Después de dos maravillosos días de descanso, viene aquel fatídico día donde todo empieza de cero nuevamente.
«Dios, cómo pasa el tiempo», pensaba para sí mismo Cris mientras su alarma sonaba de forma repetitiva. Esa alarma despabila a cualquiera, menos a Cris, quien aún seguía metido en sus pensamientos sobre lo poderoso que puede ser el tiempo. Donde si te distraías, solo volaba sin esperarte. Pero mientras Cris se metía cada vez más en sus pensamientos, alguien no muy feliz por aquella tardanza y ruido lo sacó violentamente de sus pensamientos.

Dale Cris, son las 7, levántate y apaga esa alarma de una vez por favor!"

Gritaba ya molesta la madre del chico de cabellos azules, el cual salió de su trance y, luego de tanto, apagó su alarma y se dispuso a vestirse. Estuvo un rato indeciso sobre qué ponerse. Quería ponerse algo que llamara la atención, algo que hiciera que todos lo mirasen, para poder llegar y decir «Mírenme, sí, ya llegué, acá estoy»... Bueno, eso ya es muy exagerado pero quería algo que lo hiciera llamar la atención. Así que, después de un rato de pensar, se decidió por una camiseta manga corta de un color amarillo, un pantalón azul que parecía casi un tapiz y un simple cinturón gris. En cuanto al calzado, pensó llevar sus converse amarillas, pero pensó que sería muy normal, así que decidió llevar un zapato amarillo y el otro colorado. Por fin vestido, se dirigió al baño para asearse, donde también aprovechó de ponerse un poco de talco en la cara para poder verse diferente. Al terminar de arreglarse, bajó las escaleras y se dirigió al comedor, donde ya lo estaba esperando su madre con el desayuno.

-...no voy a comentar nada sobre cómo vienes vestido, pero mi niño, solo para preguntar, ¿Por qué no puedes ser un poco más normal?-

La señorita Natalia, la madre de Cris, intentaba ser lo más amable al decir esto, pero en serio le preocupaba lo que le pudiera pasar a su hijito por ser...bueno, él. No quería que alguien lo molestase o algo peor, ella solo quería lo mejor para su hijo.

-Es que simplemente no quiero ser normal-

Al terminar de decir esto, Cris solo desvió su atención hacia otra cosa, para luego solo comenzar a comer su desayuno, el cual se empezaba a enfriar. Cuando ya lo había terminado, Cris solo se levantó y tomó su mochila violeta, para así emprender su recorrido a la escuela. Salió de su casa sin darle un adiós a su madre y comenzó a caminar por el lado soleado de la calle. Cris se notaba molesto por el comentario que su madre había hecho. Cris pensaba y sentía que a su madre realmente no le gustaba su forma de ser, que solo quería cambiarlo, que le avergonzaba tan solo verlo. El resto del camino se le hizo corto a Cris, ya que lo pasó todo el tiempo metido en sus pensamientos.

Cris entró a la escuela esperando alguna clase de asombro o impacto por parte de los estudiantes que había ahí al ver sus peculiares prendas de vestir... pero nada, no pasó nada, nadie se dignó a mirarlo o hacer algún comentario sobre, aunque sea, su cinturón... ¿Qué es lo que debo de hacer para que alguien me note? ¿Qué es ese algo tan llamativo?
Y otra vez me estaba metiendo en mis pensamientos, los cuales aparecen como sombras en mi espalda, cuando más me estaba metiendo en mis pensamientos, alguien me sacó bruscamente de ellos.

-¡Cristofer, mírame cuando te hablo!-

Cuando reaccioné, vi cómo Rosario me zamarreaba violentamente, gritándome que le tomara atención.

-¿Qué, qué pasó?-

Rosa me miró con una cara de odio y molestia absoluta, la cual cambió muy repentinamente a una de "emoción". Dios, qué bipolar.

-A ver si ahora sí me escuchas, mira, es que escuché a varios decir que el profe Raro había dicho que habría un compañero nuevo, aunque es solo un rumor.-

"Oh, qué bien, ojalá le toque en nuestro curso, sería bueno tener un nuevo am-"

No fui capaz de terminar lo que quería decir cuando fui interrumpido por un estrepitoso grito.

"-¡Rosa, Cris! ¡Adivinen qué! Estaba hablando con el profe Raro y... Eh..."

La estrepitosa voz que me interrumpió era la de Miguel, el cual se notaba cansado. Lo más probable es que mientras nos buscaba comenzó a correr.

-¿Y? ¿Y qué, Miguel? ¿Qué te dijo?

Está bien que Miguel quiera meterle drama a la noticia, pero esto ya es mucho. Me está desesperando. Si algo me desespera es esperar.

-Ya me olvidé... ¡No! ¡Ahora sí, me acordé! Estaba hablando con el profe Raro y me dijo que va a haber un estudiante nuevo, Paul creo que se llamaba.

Así que al final Rosa tenía razón... Paul... Paul, es un lindo nombre. Debe ser lindo también ese chico.

-¡Vamos! Yo sabía que no era solo un rumor.

De los tres, Rosario parecía ser la más emocionada. Se notaba por su actitud. Yo también lo estaba, y bastante. Y Miguel... bueno, él era él. A él por cualquier cosa se le notaba emocionado.

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Holis, espero les esté gustando. Estoy intentando ser lo más cuidadoso con mi ortografía, pero no les prometo que no vayan a haber errores ortográficos. Lo más probable es que sí los haya 😔.

No seas porfiado y date cuenta que me gustasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora