Cuando di mi último golpe con mi nueva magia, el rayo, me desmayé. Ese ataque nuevo gastaba mucha maná... y ya estaba bastante cansado. No habia repuesto bien mis energías.
No podía dejar que esa criatura lastimara a alguien... no quería, no lo soportaría. Después de todo, es lo que haría un héroe... Lo que me enseñó mi abuelo, a través del relato de los cuentos.
Espero que desde algún lado, mi tía y madre estén orgullosas de lo que hago.
Cuando me despierto, tenía una gasa mojada puesta en mis ojos. Al parecer alguien me estaba cuidando.
Moviéndome un poco, me la saco, y veo en una tienda de campaña, junto a nada menos que Riveria sentada enfrente mío. La responsable de mi esfuerzo...
-Oh, o- me apresuré e intenté levantarme para saludarla como corresponde, pero caí en en el pecho de Riveria...
No lo había notado, mi cabeza se había apoyado en algo muy cómodo y esp...
-Ahhhh...- grité aterrado.
-Perdón, perdón, perdón- agaché mi cabeza en señal de disculpa, no quería verla a los ojos.
-Tranquilo Bell. Estás herido aún, recuéstate...- ella me tomó suavemente de la cabeza y me recostó en la cama. Ella estaba enojada, lo sabía. Estaba roja de la furia...
Ahhhhh, no puede ser...
-Riveria... lo siento- no me quedaba de otra. Tenía que pedirle disculpa como se debe.
-¿En serio lo lamentas?- preguntó ella.
-Sí...-
-Entonces, ¿me pagarías por eso?- no podía negarme ante su petición. Era obvio que habría un precio por apoyar mi cabeza en el busto tan cómod....
¡¡Tranquilo Bell, deja de pensar eso!!
-Sí, pídeme lo que quieras- lo hiba a aceptar cueste lo que cueste. no quería que me mirase mal. todos menos ella...
-Mm...- lentamente miró un rato hacia el techo, y luego con una sonrisa pronunció unas palabras...
-Mírame a los ojos entonces- cuando me dijo eso, mi corazón dio un vuelco. No podía hacer eso, me prometí a mí mismo, que la vez que la miraría a los ojos, me declararía. Y no estoy listo para eso, no puedo aún. Tengo que ser más fuerte, más fuerte.
-Todo menos eso...- dije esquivando mi mirada.
-Bell- su voz se intensificó.
-Mírame a los ojos, ahora- pude sentir su enojo. Era diferente al de hace unos instantes.
-¡No!- me negué.
Ella me tomó del rostro e hizo fuerza hacia el suyo, intentando que la mire, y poniendo sus dedos en mis ojos.
-¡¡Mírame!!- dijo nuevamente.
-¡¡¡¡Nooo...!!!!- cuando quise voltearme, ella cayó encima mío...
P.O.V Riveria
Accidentalmente, cuando Bell se volteó, resbalé y sentí como caía con el tiempo atrasado, hasta que... sentí sus labios.
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