Helena se despertó más relajada que nunca. Algunas partes de su cuerpo le dolía a muerte, pero su mente estaba libre de frustraciones. Sonrió sintiéndose extrañamente feliz y más alegre. Vio que tenía nuevamente el suero conectado a su cuerpo. Nunca antes la habían hospitalizado, y eso era algo nuevo para ella. Le molestaba un poco el tener que mover la mano con esa pequeña manguerita. Se sentía tan extraña. De lo estresada que estaba antes, no lo había notado. Mientras veía y sonreía por lo simpático que era mover la mano con ella, no se dio cuenta que Shawn había despertado y la estaba observando curioso. Aquella mujer era una simple cajita de sorpresas.
Se sonrojó cuando se percató de la mirada inquisitiva de Shawn, dejando de hacer lo que estaba haciendo, y poniéndose muy seria de repente. Como si lo que estaba haciendo estuviese mal.
-Parece que estas mejor -le dijo él.
-Emm, si.. -dijo ella desviando la mirada.
-¿Te molesta el suero? -preguntó. Ella negó.
-Solo es extraño -admitió. - nunca antes me lo habían puesto.
Shawn se levantó y ella lo observó mientras se acercaba a los pies de la cama. Le agarró la mano y se lo quitó.
-Oye, no es necesario que me lo quites. -soltó Helena de repente mas suelta esta vez. Él rió y ella sintió un pequeño cosquilleo recorrer de su estómago a cada rincón de su cuerpo. En especial en un lugar donde nunca antes lo había sentido. Se sonrojó sintiendo como sus mejillas ardían como llamas esta vez.
-Es necesario que te ponga uno nuevo -Señalo la bolsa que estaba prácticamente vacía. -No te preocupes porque te lo quite, los usarás un buen tiempo.
-¿Tan mal estoy? -preguntó. Él se tensó y ella lo sintió.
-Por suerte no he tenido que llegar al punto de internarte en un hospital. -Fue sincero- por más que sea doctor no cuento con tantas cosas aquí en mi casa. Te he revisado y creo que por el momento no es necesario, pero lo tendrás que hacer más adelante. -ella se mordió el labio nerviosa.
-¿Porque simplemente no me dejas ir? -preguntó- me podrías dejar cerca del hospital, prometo no decir nada.
Shawn la miró. Él sabía que no diría nada, ahora se daba cuenta que ella no mentía, podía verlo en sus ojos. Pero se imaginó que si otro hombre hubiese estado en su lugar, y que hubiese hecho lo que él hizo, él hubiera querido que ella lo denunciase. Shawn negó.
-No puedo dejarte ir. -le dijo.
-¿Por qué no?
-Porque hay cosas que no sabes y puede que cuando vuelvas a tu vida de antes no sepas en que te estás metiendo. -ella lo miró confundida- No puedo decirte nada por el momento. Solo quiero arreglar mi error, al menos lo más que pueda -Shawn la miró de una forma que ella no pudo comprender- Y todo eso empezando porque te recuperes, claro.
-Está bien. -le sonrió.
Shawn se sintió morir al ver su sonrisa. Otra vez aquella sonrisa en el mismo día. Le gustaba verla sonreír. Quizás no estaba del todo feliz, pero al menos estaba comenzando a estar más tranquila cerca suyo. Y eso hacía que él se emocionara más de la cuenta. Debía aprender a tranquilizarse, se dijo.
Le pareció un poco extraño que aceptará al instante lo que le había dicho, pero decidió ignorarlo disfrutando del momento. Se dispuso a ponerle un nuevo suero con todos los medicamentos necesarios, a la par que sentía los ojos curiosos de Helena sobre él. No quiso asustarla o incomodarla así que siguió actuando normalmente, como si no la notase. Cuando acabó guardo todos sus elementos en un maletín y lo dejo sobre un mueble.
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The Dimness©
Romance~Sinopsis~ "El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la cual la víctima de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad, y de un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado" ...