Luego de unos minutos se levantó a regañadientes de entre sus brazos y se dirigió al baño quitándose ahí el preservativo. Mientras lo anudaba comenzó a pensar en Helena y que podría haber sucedido para que ella permitiera que le hiciese el amor. Era todo tan extraño, hasta hace unos días atrás ella parecía temerlo a muerte. Se estremeció. Necesitaba hablar con ella.
La vio acostada, tapada con la delgada sábana que apenas cubría su cuerpo, desde los pies hasta los pechos. Se comenzó a excitar nuevamente. Ella parecía inmersa en sus pensamientos, tratando de entender que le había colocado en la muñeca que no se dio cuenta que la estaba observando. Parecía tan delicada, frágil. Lo es, se dijo. Era tan frágil que la había lastimado hasta un punto que quizás.. ¡No! Se dijo luego. ¿Habría logrado su objetivo? ¿La habría hecho enloquecer?
Eso explicaría del porque del miedo que sentía, había pasado a estar excitada por su secuestrador. Demonios. ¿La había dejado trastornada? Sintió un nudo en la garganta. Sería un idiota al pensar que simplemente era un milagro, que Helena lo había perdonado y se había enamorado de él. Nadie lo hacía. No en esas circunstancias.
Él simplemente la había lastimado demasiado. De todas las formas posibles. No podía comprender como Helena había accedido a tener relaciones con él, después de todo aquel maltrato que había recibido por su parte. Todo le daba vueltas, sus sentimientos mezclados con sus pensamientos. Era hora de estar seguro.
-¿Qué haces? -ella se sobresaltó.
-Amm.. Nada -dijo nerviosa.
Shawn la estudió por unos momentos queriendo leer sus pensamientos. La vio sonrojarse y bajar la mirada nerviosa. Él deseaba con todas sus fuerzas volver a tomarle entre sus brazos y hacerle el amor hasta el amanecer, pero no podía. No hasta saber que estaba sucediendo. Helena no necesitaba seguir tolerando todo esto, necesitaba comprender lo que le estaba sucediendo para que se comportara de esa forma. Sin embargo, no pudo resistir el acercarse a ella. Sabía que debía estar lo más lejos posible, pero no podía. No quería.
Luego de sentarse en la cama, la agarró entre sus brazos y la sentó entre sus piernas pegándolo a él. Estaba tan excitado nuevamente que cuando Helena se estremeció tuvo que hacer un gran esfuerzo para controlarse.
-¿Estás bien? -pregunto él con la voz ronca, a la vez que enterraba la nariz en su cabeza. Olía tan deliciosamente, pensó.
-Si -susurró ella.
Sintió como Helena con sus dedos le acariciaba la mano con que la sostenía a él. Aquello era muy extraño. Tragó gordo.
-¿Por qué has decidido acostarte conmigo? -le preguntó susurrando en su oído. Ella volvió a estremecerse.
-Yo.. -paró de acariciarlo- no lo sé -admitió- me siento muy extraña, solo quiero sentir.. -no pudo continuar.
-¿Sentir qué...? -ella no dijo nada - ¿Sentir qué...? Helena, dímelo. -pidió.
-Sentir esto...
Ella paso un dedo recorriendo los muslos desnudos de Shawn a su costado. Él gimió sintiendo como su miembro y todo su cuerpo reaccionaba a ella. La apretó más a él. Helena gimió al sentir algo duro clavado en su trasero. Comenzó a temblar ligeramente de necesidad.
-No sabes las ganas que tengo de hacerte el amor en estos momentos -le dijo con voz ronca. -de nuevo. -gruñó.
Shawn apartó su pelo de su cuello y comenzó a besarle delicadamente el cuello. Helena no pudo evitar restregarse a la vez que colocaba su cabeza en él, dándole un mejor acceso. Shawn podría decir que aquello era lo que había estado deseando, Helena rendida a sus pies, dejando que le hiciera lo que quisiera. Pero no podía, debía controlarse. A regañadientes dejó de besarla.
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The Dimness©
Romance~Sinopsis~ "El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la cual la víctima de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad, y de un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado" ...