Capítulo 19

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Despierto entre sábanas y ropa. Estoy sudoroso y desnudo. Cuando recuerdo la noche anterior la imagen de _____ se cuela en mi mente trayéndome un sentimiento de preocupación y desesperación. Froto mi rostro con mis manos y aclaro mis pensamientos. Si tuve sexo con _____ debió ser bueno porque me quedé totalmente dormido, como cuando nuestras noches de pasión tomaban su rienda y nos aprisionaban en una ola de tremenda lujuria. Miro el cuerpo femenino en la cama y respiro pesadamente mientras me acerco para identificar ciertos puntos estratégicos de la anatomía. Deslizo mi dedo índice por las sábanas blancas de seda y las recorro poco a poco para identificar el tatuaje que varias veces admiré de ______, pero me encuentro con una espalda de tez blanca y pecas tenues recorriéndole la columna. El alivio me inunda, pero a la vez la nostalgia me abraza fuertemente.

— Mel... — susurro acercándome a ella. — Mel.

Repito su nombre durante un minuto hasta que resurge el espíritu de mi prometida. Su cabello castaño se le adhiere a su frente y el sol que se asoma por una brecha en la cortina ilumina su espalda provocando un brillo singular en su piel. Admiro la imagen y quedo cautivado por el panorama. Estoy extasiado. Me sonríe con una singularidad estimulante que hace que mi corazón lata rápidamente.

— Buenos días— la saludo mientras acerco el hueco de mi mano hacía su rostro. Envuelvo su mejilla en mi mano y con mi pulgar acaricio la piel blanca que le cubre los pómulos.

— Hola... —me contesta en voz tan baja que apenas y logro escucharla.

Cierra sus ojos y sus labios besan mi mano delicadamente. Mis músculos se contraen y mi cuerpo comienza a responder a Melissa. Bajo mi mano lentamente hasta su torso desnudo y junto mi boca con la suya.

— No me he lavado los dientes —dice rápidamente.

— Es lo que menos me importa ahora.

Vuelvo a juntar sus labios con los míos y nos quedamos así, besándonos por un largo rato. Acaricio su piel desnuda y ella responde a mis besos de manera casi inmediata. Me abraza con sus piernas y junta más su cuerpo al mío. En mi mente se cruza la imagen de esa morena que tanto me gusta, de esos ojos azules que derriten mi mundo con solo verlos. Su imagen en mi cabeza es suficiente para embriagarme y dar cuenta de que necesito el aroma de ______, necesito sentir su piel, su cuerpo y calentar el mío con el suyo.

— Eres hermosa —digo pensando en aquella mujer que me tiene a sus pies, que con volverla a ver movió mi mundo y lo puso de cabeza.

Vuelvo a besar los labios de Melissa. Me gustan demasiado, me gusta el sabor dulce de su lengua, el sentir de su piel chocando con la mía. Su aroma es fresco y dulce, tan delicioso que me recuerda a la vainilla y al olor que tienen los días lluviosos. Una de mis manos viaja hasta uno de sus lindos muslos y lo aprieto dulcemente mientras mi lengua invade su boca con lujuria y ganas de co*ermela de nuevo.

— Justin... —Mel interrumpe nuestro beso. — Tengo que ir a trabajar, amor —dice sin más. Aprieto mis párpados y suelto su muslo mientras suelto un bufido casi inaudible. — De verdad lo siento —dice con tono de arrepentimiento.

— No, está bien.

Me levanto de la cama pesadamente y le doy la espalda a mi futura esposa. Estoy completamente desnudo y lo único que hago es ponerme el pantalón que usé la noche anterior y así cubrir la erección que comenzaba a causarme el calor en la piel de mi prometida aunada con el pensamiento de ______ rondando en mi cabeza.

— Corazón...

— Hey, no pasa nada —aseguro con un tono de voz más amable.— Quiero lo mejor para ti. Ese contrato lo es, así que no puedo arriesgar tu trabajo...

Sex Instructor. Segunda Temporada (ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora