Capítulo 24

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Me quedé atónita. Mi respiración aumentaba y el color de mi piel se volvía pálido y sin vida. Sentía como toda la habitación se movía alrededor de mí, pero no podía dejar de mirar a la chica que acababa de adentrarse en la habitación de Justin. Un dejo de esperanza se escapó de mi alma, abandonando toda pelea en mi interior. Deseé poder correr, abandonar el hospital y echarme a llorar, pero no podía dejar que eso me afectara, no en ese momento, cuando empezaba una nueva vida con Logan, y Justin se jugaba entre la vida y la muerte. Miré a todos y cada uno en la sala. Selena se acercaba a la prometida de Justin y le daba palmadas de aliento en la espalda. Robert se quedó a un lado de mí, haciéndome compañía mientras la dichosa Melissa se adentraba en la habitación de Justin. Pattie me mira con desdeño, Caitlin se mantiene en calma, sentada en una de las esquinas de la sala de espera y Christian solo camina de lado a lado.

___, tenías que saberlo —susurra Robert.

Sigo contemplando la escena. Ya conocía a Melissa, la vez que había entregado la invitación de la fiesta de Bradley.

—No importa —agacho la cabeza y sonrío a medias—, parece linda.

Vuelvo la mirada a Robert y me sonríe con un dejo de desesperación. Me levanto del asiento y salgo a tomar aire fresco. La situación me pone cada vez más ansiosa. Robert sale detrás de mí.

— ¿Quieres que te acompañe a algún lugar?

—Sería buena idea. Solo unos minutos.

—De acuerdo —me sigue el paso hasta que llegamos a mi auto—, ¿tienes algún plan en mente?

—Te llevaré a conocer a Jacob.

Robert me mira boquiabierto. Traga saliva y se mete en el auto.

Conduzco hasta mi casa, donde supongo que estarán Halley y Jacob dormidos, juzgando por la hora. El cielo se va oscureciendo y el cansancio se va apoderando de mi cuerpo diminuto. No aparto la vista del camino y mis manos se tensan en el volante. Pero qué demonios estaba pensando.

—Quiero que sepas y entiendas que Jacob es mi hijo —mi voz asciende y llena cada rincón del auto—. La familia de Justin no tiene nada que ver con él.

— ¿Te has vuelto loca, ___? ¿Entiendes que todo este numerito tuyo podría costarte muchísimo?

—Lo sé —freno bruscamente en el camino puesto que mis sentidos no dan para más. La voz me tiembla, el sudor se apodera de cada uno de mis poros y mi columna vertebral sufre un escalofrío que me recorre desde la nuca hasta la punto del meñique en mi pie—. ¿Crees que no tomé en cuenta eso estos años? ¿Crees que no temía que este momento llegara? —el temblor en mi voz es exorbitante y noto como le causa cierta incomodidad a Robert. El poco tiempo que estuvimos juntos pude notar que no le gustaba en lo absoluto cuando lloraba. Parecía crear en él sentimientos de culpa y ansiedad. —Todo este maldito tiempo estuve evitando esto. Vine a Seattle a deshacerme de mi pasado y ahora... ¡pasa esto! —Suelto un bufido y echo mi cabeza para atrás mientras dejo caer mis manos en mi rostro—. Yo no quería nada de esto.

Inevitablemente, mis mejillas se empapan de lágrimas que caen hasta mi cuello de forma inconsolable. Procuro detenerlas pero todos mis intentos son inútiles. Ya tengo a Robert cerca de mí, entrelazando su mano con la mía y acariciando mi hombro en forma de consuelo.

—Me hubiera gustado hacer las cosas bien, como se debe, pero tenía miedo. Mi vida y la de Justin simplemente no se complementaban de ninguna manera. Nos separaba un abismo de cosas en las que nunca hubiéramos podido coincidir —digo mientras las lágrimas continúan su caída y mojan todo a su paso—, no quería que su vida se detuviera por mi culpa.

Sex Instructor. Segunda Temporada (ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora