4. Capítulo 3.

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Hola por estos lares~ La verdad tenía este capítulo desde hace mucho tiempo pero a mi país se le ocurrió tener su arco de desarrollo y entre las cosas heavys que pasarón yo quedé atrapada en varias y me tomo tiempo procesarlo, entre eso me bloqueé y me desconecté mucho, pero esta historia me ha hecho muy feliz y me ha ayudado caleta a retomar lo que me gusta, así que espero que no la hayan olvidado, mil gracias por el cariño. 

¡Espero que les guste!

Definitivamente debe haber algo muy malo en él para que sienta semejante culpa, le lleva mintiendo a Max desde que tiene memoria porque la única vez que no lo hizo terminó metido en una mugrienta casa de acogida hacinado con otros niños igualmente...

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Definitivamente debe haber algo muy malo en él para que sienta semejante culpa, le lleva mintiendo a Max desde que tiene memoria porque la única vez que no lo hizo terminó metido en una mugrienta casa de acogida hacinado con otros niños igualmente traumatizados y además odia preocupar a Max más de lo necesario, ya ha hecho demasiado por él. Sí. Demasiado.

Mentirle siempre ha sido una solución malditamente cobarde, es esa puesta en escena donde ambos saben que todo es falso pero ninguno tiene las bolas para clarificarlo, Max por temor a alejarlo, Aslan por temor a decepcionarlo y que llegue el cobro de la moneda de cambio, esa es su dinámica sagrada.

—Vejete. —¿Entonces por qué de repente las cosas cambian? La culpa es de Eiji, por más que deteste admitirlo caló en lo más profundo de su ser la charla que tuvieron, era mucho más sencillo fingir que no estaba consciente sobre lo grandioso papá que es Lobo—. Voy a salir esta tarde.

—¿Salir? —Max impresiona tan sorprendido como complacido cuando se lo comenta—. ¿Acaso me estás pidiendo permiso?

—¿Qué? —Frunce el ceño—. Claro que no, te estoy avisando.

—Avisando. —Su sonrisa es melancólica—. ¿Por qué?

—Porque te sueles quedar preocupado cuando no sabes de mí ¿verdad? Y sé que estás tratando con persistencia de buscar trabajo, entonces no quiero que nada te distraiga de eso. —Ash es consciente de que si Max ha tenido tantas dificultades en el trabajo es su culpa, tener un hijo delincuente no es precisamente lo mejor cuando se trabaja con la policía por más que Charlie y Jenkins lo quieran.

—Gracias. —Sus ojos azules impresionan conmovidos. Transparentes. Cálidos. Cristalinos. A veces le recuerdan un poco a Griffin—. ¿A dónde irás?

Y a veces por eso le duele mirar a Max.

Ash no responde ante lo dicho, Eiji e Ibe están charlando en el comedor, impresionan inmersos sobre las fotografías que yacen en la mesa así que no debe preocuparse de los chismosos, pero aunque en serio le ansiara contar a Max no podría ¿cómo explicarle que se irá a meter a la casa de los traficantes más peligrosos de toda la ciudad? Es una tradición entre las diferentes pandillas porque acá la mierda está normalizada, cree que eso le choca de Eiji y del mundo que representa, luce tan puro y lejano a pesar de estar inscritos en la misma universidad. Son de mundos diferentes.

—A la casa de un amigo.

—Un amigo. —Max alza una ceja—. ¿Shorter?

—Tengo más amigos que Shorter.

Don't go insane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora