Capítulo 100: Me entrego

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Narrador Omnisciente

A la mañana siguiente T/N se había levantado y no paraba de pensar que se llevarán a Catalina era culpa suya así que cuando ve a Kenna entrar le pide ayuda.

- Claro que te voy ayudar -le dice-

- Si ni siquiera sabes para que va a ser -le dice riendo-

- ¿Para que necesitas mi ayuda? -le pregunta riendo-

Entonces T/N suspira y se pone seria ya que lo que tiene que decir es serio y muy importante.

- Me tienes que ayudar a salir del castillo -le dice-

- ¿Para qué? -le pregunta pero ya sabe la respuesta-

- Sabes perfectamente para que es -le responde-

- María es muy peligroso... deja que Francisco se encargue y tu descansa lo necesitas -le pide-

- Adelaida -la llama y Kenna rueda los ojos- las dos sabemos que ellos me quieren a mi, me voy a entregar para que suelten a Helen -le dice-

- ¿Y si no la sueltan y a ti te engañan diciendo que la van a soltar? -le pregunta-

Ella suspira ya que sabía que existía esa posibilidad así que con una sonrisa la agarra de la mano y la sienta en la cama y la mira con una sonrisa.

- Es algo que me tengo que arriesgar -le dice- ¿me vas ayudar? -le pregunta-

Kenna odiándose a si misma porque sabe que la va a mandar al mismísimo infierno asiente con la cabeza.

- Solo tienes que sacar a los guardias de mi puerta -le dice-

Cuando Kenna está de camino a salir de la habitación para sacar a los guardias su voz la interrumpe.

- Adelaida -la llama y ella se da la vuelta y ella rápidamente se acerca a ella y le da un abrazo- te quiero mucho -le susurra-

- Por favor quédate aquí -le pide Kenna llorando mientras la abraza-

- Las reinas toman esta clase de riesgo -le dice limpiando sus lágrimas- y yo tengo que hacerlo -le sonríe- diles a Rosa, Martina, Santiago, Silvia y a Marcos que no me odien y ni te odien -le dice en un susurro-

Ella asiente con la cabeza y muy fácilmente consigue sacar a los guardias de la puerta y cuando ya no están T/N sale rápidamente de la habitación y sale saltando el muro y otra vez sin que ella se de cuenta sus pies la llevan a Cair Paravel.

De mientras allí estaban desayunando Claudia se había ido a buscar sus cosas porque ellos pensaban que les iba a ser de mucha más ayuda aquí. Todos estaban hablando animadamente cuando empiezan a escuchar tacones contra el suelo y saben perfectamente que Claudia no puede ser porque se acaba de ir, la otra opción que les queda es Greer así que pensando que es ella siguen desayunando y hablando tranquilamente.

- Me vengo a entregar pero a cambió tenéis que soltar a Helen -dice esa voz que conocen perfectamente-

El silencio se hace palpable en la habitación y ellos lentamente se levantan de las sillas y se quedan observándola.

- He venido sola -les dice-

Y ellos igualmente se quedan observándola sin decir ni una sola palabra haciendo que ella se ponga más nerviosa.

- SOLTARLA -les grita ahora-

- ¿Has venido hasta aquí sola para entregarte y para que soltemos a Catalina? -le pregunta Edmund-

- Exactamente -le responde-

- ¿Siguen teniendo hambre? -pregunta Peter-

Ellos se miran entre si para luego asentir volverse a sentar en las sillas y seguir desayunando y Peter antes de volver a sentarse se la queda mirando unos segundos y con una sonrisa se vuelve a sentar dejándola en mitad de la sala de pie.

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