No iré a ver al jodido Hombre Lombriz

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Dedicado a todas las hermosas lectoras que siguen el Ship Itafushi/Fushita

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Esa madrugada, Megumi se entregó. Antes, cuando pensaba en cuando y con quien sería su primera vez, siempre se imaginaba que estando en el momento le daría muchísima vergüenza. Pero estando allí con Yuuji no se sentía cohibido sino lo contrario: se sentía pleno y deseado. Las manos que lo acariciaban y los labios que lo besaban por todo el cuerpo, eran los de la persona que el más quería. No había lugar para las inseguridades.

Un par de horas atrás, antes de quedarse dormidos, él había dominado toda la situación. Su amante y amigo había quedado satisfecho y él también. Pero esta vez era el turno de Yuuji, y él estaba muy ansioso por experimentar todos esos placeres.

—Dame saliva—le había dicho su amado mientras le ofrecía dos dedos—, esto es para ti, mi amor.

Jamás se habría imaginado que Yuji podría ser tan atrevido, parecía más un muchacho tímido... pero ahí estaba el pelirosa encima de él, introduciéndole de a poco dos dedos de una mano, mientras que con la otra le sujetaba la cara para besarlo fuerte. Esta sensación era nueva para él y le encantaba. Sentía ardor y, al mismo tiempo, que le cosquilleaba.

También parecía que le picaba la cara. Estaba temblando,excitadísimo.

Sin dejar de estimularlo, Yuji dejó de besarlo para bajar a la altura de sus caderas. Megumi dejó escapar un sonido de placer.

No podía estar pasando esto, que efecto explosivo tenía aquello en su cuerpo. La mente se le nubló, no pensaba en nada más que no fuera en Yuuji. Instintivamente, con las dos manos, sujetó fuerte los cabellos de su amigo y movió las caderas para sentir esa garganta más profundamente.

Fushiguro aullaba fuera de sí, mientras que Itadori lo miraba complacido.

—¡Ja! ¡Qué delicia! Ahora voltéate—le dijo éste.

Su amante estaba muy desesperado por poseerlo, así que (sin querer) fue un poco brusco con él. Sin embargo, eso igualmente se sentía muy placentero. Fushiguro se ahogaba con la almohada, disque para no hacer tanto escándalo.

Los dos eran novatos, inexpertos, primerizos... estaban felices disfrutándose uno al otro, pero tantas emociones nuevas no permitían el aguante, Itadori ya estaba por venirse.

—Ven... ponte frente a mí, quiero ver esa carita—le dijo el pelirosa.

Se acomodaron en la cama, esta vez Yuuji entró más despacio. Megumi arqueó la espalda y sonrió, así se sentía mucho mejor. A los pocos segundos Itadori le embestía fuerte y rápido y él le demostraba todo su placer a gusto: no sentía vergüenza para nada, estaba feliz.

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—¿Qué hora es? —Preguntó Yuji

—Van a ser las tres de la mañana. ¿Quieres fideos?

—¡Yep!

Comieron fideos calientes, y se tumbaron a descansar, abrazados. Megumi le hacía piojitos en el cabello.

—Fushiguro... ¿Quieres ir al cine mañana? Bueno hoy—¿Fushiguro? Si hace rato me dijo "mi amor", pensó Megumi.

—¿Qué hay para ver?

—¡La lombriz humana 4! — dijo Yuji todo emocionado.

—Ni lo sueñes.

—¡Vamos! Por faaaa y luego te llevo a ese sushi que te gusta tanto.

—¡No voy a ver al jodido hombre lombriz!—gruñó Megumi.

—Ja ja ja, me encanta cómo te ves enojado— Itadori lo besa suavemente en los labios—Te compraré palomitas de las acarameladas.

—Bueno.

Nido de amor - Itafushi 💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora