Alguien que se importe [Dramione]

5. Tribunal

Capítulo 5

Tribunal

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Hermione caminó de lado a lado en su casa. Hacía más de dos horas que había regresado desde su reunión con Draco, pero le seguía dando vueltas al asunto sin poder seguir adelante con nada. Había deseado bañarse, preparar algo rápido para cenar y acurrucarse en su sofá con un libro. Pero no podía, porque su mente seguía aferrada a las preguntas que él le había hecho.

Quería poder responderlas desde la honestidad, pero en su momento no lo había hecho, y en ese momento, mientras daba pasos suaves y se mordía las uñas en un intento de desespero, no encontraba palabras claras que la ayudaran a entender que estaba sucediendo.

Nunca antes había tenido un dilema en sus casos. Simplemente era asignada, leía el informe, preparaba el plan de acción, se reunía con los presos un par de veces para estipular todo, reunir evidencias, debatir posibles acciones y finalmente se daba el juicio. Nada más que eso. Quizá después seguía teniendo contacto con el convicto, seguía apoyando en su reintegración en la sociedad, visitas al médico, visitas al ministerio, todo en pros de que todo avanzara bien y firme. Pero nunca se había enfrentado a un caso al que se había negado en un principio y que le hubiera generado tantas dudas. El ministro aún estaba esperando una decisión por su parte. Si se quedaría con el caso o no.

Pero estaba en un dilema: sí ella denegaba el caso, este sería asignado a alguien más, que comenzaría con el proceso de nuevo, lo que llevaría más tiempo, y Draco estaba cerca de completar los once años en la cárcel. Ella realmente no quería que se extendiera más, no parecía justo hacerlo por su incapacidad de ser objetiva y fría.

Pero eso era ridículo. Desde un principio había querido abrir mano del caso porque sabía que había la vaga posibilidad de no poder ser ejemplar en el caso del rubio. Pero claro, eso había sido hace tres semanas atrás, cuando no lo había ido a visitar tres veces. Ahora, tanto ella como Malfoy quedarían manchados. Ella como que había dado con un caso difícil, que sobrepasaba sus capacidades, y él como un preso difícil, que había sido renunciado y había tenido que ser reencaminado.

Hermione suspiró y se dejó caer en el sofá. Si era brutalmente sincera, no era nada de eso lo que la molestaba. Sino el hecho de que Malfoy le había hecho una pregunta a la que ella no había tenido una respuesta.

Quería defenderlo porque él era su caso, había sido asignado a ella, tal como se lo había dicho, pero había algo más. Se había interesado por el caso en si, necesitaba averiguar qué era lo que no aparecía en esos informes, y más que eso, estaba segura de que diez años había sido un tiempo demasiado largo cuando otros, con cargos quizá un poco menores, habían salido con bien menos. No parecía justo o correcto. Además, lo había visto. Realmente lo había visto, y se sentía en la obligación de hacer algo por él. Creía firmemente que Draco Malfoy merecía una defensa justa, y no había nadie mejor que ella para lograr eso, una vez dejará atrás sus subjetividades en el asunto y fuera profesional y objetiva.

Hermione cerró los ojos y apoyó la cabeza en el respaldo del sofá, dándose cuenta que fue fácil llegar a esa conclusión, pero no estaba segura de que Malfoy la quisiera para ese entonces. Quizá él no estaba dispuesto a aceptarla de regreso.

***

Hermione se puso en pie cuando el ministro apareció en el pasillo. El hombre, que no la esperaba, le regaló una mirada analítica antes de asentir hacía su secretaria e indicarle a ella que entrara en su oficina.

No eran ni las ocho aún, ella había llegado temprano, deseosa de ser la primera cita del ministro y más que nada, de poder avanzar con eso. Mal había dormido, sino que se había dado vueltas en la cama sin parar hasta que los rayos del sol le indicaron que el día comenzaba a abrirse camino entre la noche, y su mente pareció ceder ante su cuerpo y se quedó dormida por menos de dos horas antes de despertarse con su alarma. Cuando por fin pudo saltar de la cama y juntar todos los documentos que tenía del caso hasta el momento. Se había tomado el fin de semana para pensar y evaluar, y definitivamente sabía lo que tenía que hacer.