Capítulo 2: Mi cita (eso creo) con Nara.

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Los tres días de viaje están por acabarse, ya veo desde aquí los portones de Konoha, pero me sorprende no verlo a él esperándome.

Suspiro decepcionada, tal vez tenía una misión, tal vez mi llegada no era algo muy relevante que necesitara de un guía.

Me adentro a la aldea y saludo a los dos guardias de los portones: Izumo y Kotetsu. Ellos me devuelven el saludo cortésmente e iniciamos una charla casual.

—No sabíamos que vendrías, Temari —comenta Kotetsu—. Ni Shikamaru ni otro guía está aquí.

—Sí, es que se trata de una visita breve. Tengo que ir a ver al Hokage y luego saldré a dar algunas vueltas. Después volveré a Suna —explico con simpleza.

—Oh, bien, ¡disfruta tu estadía! —dice Izumo con una sonrisa.

Les agradezco y me marcho hacia la torre del Hokage. No pasa mucho ahí adentro, hablo un poco con Kakashi, él me invita a que pasee por la aldea un rato y me comenta que se acerca la boda del héroe de guerra, Naruto Uzumaki, y Hinata Hyūga. Me comenta que mis hermanos y yo estamos invitados y yo le digo que le avisaría a ambos ni bien estuviera de regreso en la aldea.

Me despido y recorro el centro de la aldea sólo para complacer al Hokage. Mientras camino, escucho un grupo de voces que se me hace familiar. ¿Acaso será él?

—¡Ahí está!

Esucho que exclaman. Me doy la vuelta para comprobar si a mí se estaban refiriendo y no puedo evitar quedarme paralizada.

Estaba en lo correcto, Shikamaru está ahí.

Veo que sus mejillas se tornan de un color rojo intenso y sus ojos brillan de una manera que me da escalofríos. Por el calor que siento, deduzco que debo estar igual de sonrojada que él, e incluso más.

Lo acompaña su amigo Choji. El silencio entre los tres es sepulcral, lo único que logro escuchar son los acelerados latidos de mi corazón y podría jurar que los suyos también.

Las imágenes de lo que pasó la última vez que lo vi aparecen en mi cabeza. Y no sólo eso, lo que hice estas últimas dos semanas pensando en él. Esos recuerdos hacen que me acalore y el corazón me lata a más no poder, mi nerviosismo incrementa cuando oigo su voz.

—Temari… No sabía que vendrías… —comenta Shikamaru también nervioso, pero no tanto como yo—. Pasó un tiempo desde la última vez…

Me acerco a ambos e intento calmarme.

—Sí… —murmuro más calmada—. ¿Y qué están haciendo? —pregunto tratando de cambiar el tema.

—Sólo estábamos almorzando —responde con simpleza, llevándose una mano a la nuca—. ¿Y tú?

—Yo sólo venía a presentar mis respetos antes de los exámenes chunin —digo aún nerviosa.

Ese silencio abismal nos envuelve otra vez, el único que no se ve muy incómodo es su amigo.

Veo que Choji le susurra algo al oído, el rostro de Shikamaru se tensa y le contesta en otro susurro. ¿No saben que es de mala educación secretear frente a otras personas? Me cruzo de brazos y los miro con el entrecejo fruncido.

—¿Qué andan cuchicheando ustedes dos? Es sospechoso…

—No es nada…

—Lo que pasa es que Shikamaru quería preguntarte algo —Choji lo interrumpe agarrándolo de los hombros. Su sonrisa traviesa no me da confianza, pero eso no me importa mucho.

¿Shikamaru quiere preguntarme algo? ¿A MÍ? El calor de mis mejillas vuelve una vez más y los acompasados latidos de mi corazón se escuchan otra vez.

Otra perspectiva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora