Capítulo 4: Nara es mi ¿novio? Eso parece.

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—¿Qué dijiste…?

—Lo lamento, no tenía que decir eso ahora mismo —dice preocupado.

Mi corazón se acelera, ¡estoy cansada de que eso pase! Él se ve angustiado, como si hubiera hablado de más. Yo no puedo salir del shock, ¿había dicho que yo le gusto?

—Perdona, no quería ponerte incómoda, puedo irme ahora mismo si quieres. En serio lo lamento… —Tiene intenciones de irse, pero agarro su brazo.

—No te sigas lamentando —Lo interrumpo—. ¿Dijiste que te gustaba?

—Sí… —responde avergonzado.

—¿Lo dijiste por el ambiente o porque en verdad te gusto? —consulto—. Quiero que seas sincero. Sabes que confío mucho en ti, así que no me mientas.

Suspira y se lleva una mano detrás de la nuca, el deambular de su mirada me distrae, pero me hechica cuando se fija en mí.

—Lo dije porque me gustas mucho, Temari. Desde hace bastante tiempo. Es por eso que te invité a salir y me comporté como un tarado la otra vez, porque no sé qué hacer cuando estoy contigo, me pongo muy nervioso.

Una emoción inexplicable me inunda el pecho. Me siento enternecida por sus palabras y no puedo evitar sonreír. Si es que me está diciendo la verdad, entonces no dudaré en decirle que sí a cualquier cosa que me pida.

—¿Lo dices en serio? —pregunto llevando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Cada palabra, Temari —contesta observándome fijamente, su mirada me derrite—. Tú… ¿sietes algo por mí?

—Bueno… sí.

Mi respuesta lo hace abrir los ojos ampliamente, sonríe con nerviosismo, pero se abalanza a mí para abrazarme.

—Veo que estás contento —comento riéndome.

—Estaba muy asustado de perderte por comportarme como un idiota —confiesa.

—Yo también… —murmuro riéndome.

Estoy terriblemente feliz, en una sola noche se cumplieron realidad esos deseos que me quitaban el sueño.

Le gusto a Shikamaru… ¡YO le gusto a ÉL! No puedo dejar de sonreír al pensar en eso. Pero también me pregunto, si ambos gustamos del otro y sumamos todo lo que estuvo pasando, ¿significa que somos algo?

—Oye, Shikamaru…

—¿Sucede algo? —Me observa con atención mientras acaricia mi cabello.

—Todo lo que me estás diciendo y lo que pasó estos días… ¿nos convierte en algo?

—Desde mi punto de vista, sí —contesta con una sonrisa—. Sólo falta que sea oficial.

Sus palabras me emocionan y me hacen sonreír como una tonta. Mis mejillas se acaloran una vez más cuando agarra una de mis manos.

Que me pida que sea su novia, ¡que me lo pida! (pienso «manifestarlo» así como me enseñaron las alumnas de Gaara, según Matsuri y Yukata siempre funciona).

—Con eso te refieres a… —desvío la mirada nerviosa.

—Temari —Me toma del mentón para que lo mire a los ojos—, ¿te gustaría que fuéramos novios?

¡AAAH! ¡ME LO PIDIÓ! ¡Lo sabía! ¡Y cómo lo pidió! Pero qué enamorada estoy de este hombre… sonrío como una niña pequeña y asiento con la cabeza.

—Por supuesto que sí —respondo emocionada.

Nos besamos una vez más y, por el cansancio, nos quedamos dormidos tan sólo unos instantes después.

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