La forma del espíritu.

Contesta.

"Contesta, humana. ¿Qué tienes tú qué cautiva mi alma, mi mente...?"
Me detuvo y me hizo encontrarme con su mirada.

"Soy un espíritu, pero siento como si tuviera un corazón, y cada latido que da es por y para ti.
De repente quiero vivir más que una vida longeva, quiero vivir a tu lado aunque sea efímero.
De repente, nadie más importa y mi naturaleza inflexible ha cambiado como una tempestad en un día de calma. "

... ¿Qué se supone deba responder a ese interrogatorio? ¿Cómo sabría que hacer o qué decir en una situación así, con un ser así ?...
Solamente sonreí como de costumbre y hablé con calma.
-"Suena como si tuvieras envidia de tener un corazón, de ser humano."-
Dije lo primero que se me vino a la mente, pero por la mirada de sorpresa en su rostro con la que me recibió aquel comentario parecía que realmente le impactó escucharme.

"...¿Cómo podría darme envidia la sensibilidad del ser humano?... Esas cosas del sentimentalismo no son más que debilidades humanas."

-"Quizá te acostumbraste tanto a la vida que olvidaste cómo vivirla"-

Jamás había escuchado algo similar, su expresión lo decía todo y nada a la vez.
Me pregunto si, todo nuestro encuentro fue por este motivo, una persona que le recordara que todo está de paso y nada es para siempre.

Pude verlo reflexivo, un silencio en calma que compartimos ambos, no parecía amargado ni mucho menos entristecido.

Sin embargo, interrumpió nuestro silencio con una risa, tomó mi mano y seguimos caminando por las escaleras...