Pasaron los días y no volví a saber de él, hasta que volví a recostarme y esta vez, tuve un sueño más extenso:
Me miraba constantemente en un espejo de bolsillo, pues bien, tenía la forma de una criatura monstruosa antropomórfica. Era mi maldición, la gente convivía a mi alrededor, pero me temían.
Sin embargo, podía recuperar mi forma de una chica joven cuando tocaba música, pintaba, ayudaba a las personas, siempre y cuando hiciera algo positivo volvía a ser una humana.
Comencé a notar que un muchacho -que parecía desaliñado-, con ojos azules y algo de vello facial, constantemente repetía que estaba enamorado de mí y solía guardar consigo una fotografía que reflejaba mi forma humana.
Yo, por supuesto, estaba molesta.
-"¡Soy un monstruo, no debes amarme!"- pero mis palabras no parecían afectarle y siempre me regalaba una enternecedora mirada.
Me confesó que estaba conmovido, que sabía que yo no tenía la culpa de esta maldición, que el monstruo no era nada comparado con la bondad en mí.
Y por mucho tiempo, al parecer viví en abnegación.
Sin embargo, sin previo aviso el fin del mundo se presentó ante nosotros, inminente.
El nivel del agua como se había previsto, aumentó más de posiblemente 10 metros y todo el mundo corría peligro.Por supuesto no iba a quedarme sin hacer nada, y de alguna manera recordé en medio de la emergencia que este tipo desaliñado tenía -convenientemente- un barco en su pertenencia.Le sugerí que me permitiera traer a la mayor cantidad posible de personas para salvarlas y él aceptó. Pero, lo até a un barandal de su propio barco para evitar que me siguiera -y así no ponerlo en peligro-. Corrí hasta una puerta mágica que estaba en la popa -realmente conveniente- y me teletransporté hacia la multitud de gente ayudándolas a subir al barco con la esperanza que se salvaran y en el proceso, rompí mi maldición y volví a ser humana.
Luego, conforme subía el agua recordé al chico y quise comprobar su bienestar por el miedo de que se hubiese ahogado o lastimado, pero al verlo, estaba diferente.
-"El agua significa cambio, el agua conecta todo, el agua purifica todo"- me decía con una apariencia más joven -de nuevo, de mi edad o poco más-, se había liberado y tenía el cabello más corto, su apariencia estaba más arreglada y me miraba con la sonrisa más angelical que hubiese visto en mi vida.
-"Has hecho suficiente por lo demás, debes salvarte a ti también"- y yo, dentro del sueño y en la realidad, derramaba lágrimas.
El final es borroso para mí, pero estoy segura de que, si tuviese que darle uno, correría a sus brazos y le agradecería por siempre haber creído en mí.
De nuevo, me di cuenta, a él lo conozco, él me conoce. Claro, otra vez, es Shiro.
No me molesta en absoluto, solamente es muy interesante cómo llega a siempre cambiar de forma ante mí y aun así, logro reconocerlo.
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La forma del espíritu.
Tâm linhMejor lo haré como un diario de sueños o algo así El dibujo en la portada está hecho por mí.