Capítulo 4

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-Cálma Herms, todo estará bien
-Éso creí Harry, éso creí
-Me quedaré contigo ésta noche
-No tienes que hacerlo
-Claro que téngo, eres mi mejor amiga. No voy a dejárte sola
-Gracias Harry
-No es nada Hermi, sábes que haría todo por ti- susurró secándo suavemente las lágrimas en las mejillas de Hermione- Ahora que dices si bajámos a cenar
-No estoy de ánimos- susurró ella escondiéndo su rostro entre sus piernas
-Herms...
-Harry- insistió
-Traeré la comida- finalizó y salió de la alcoba de Hermione
Hermione elevó las rodillas a la altura de su pecho y cubrió su rostro, las lágrimas comenzaban a brotar nuevamente de sus ojos. El dolor la consumía desde dentro, caminó hasta su tocador y rebuscó entre las cajoneras. Tomó una sudadera negra y salió de su habitación. Caminaba con la capucha de la sudadera negra cubriendo su rostro, el viento helado soplaba en su rostro causando que su nariz enrojeciera como una cereza.
-¿Adónde te dirijes?- susurró una voz ronca
Hermione seguía caminando sin saber que alguien a sus espaldas la seguía, al llegar a un pequeño claro pronunció una palabra y ante ella se abrió un pasadizo entre los árboles.
Hermione se liberó de la capucha y se sentó con la espalda pegada hacia el árbol, buscó dentro de la sudadera y sacó un pequeño libro.
-¿Qué haces aquí?
-¡¿Ron?! ¡¿Tú qué haces aquí?!- exclamó Hermione levantándose de golpe
-¿Que qué hago aquí? Pues seguirte, no quería que algo malo te pasara
-Pues gracias, pero no gracias. No tenías por qué seguirme ¿A ti qué te importa si me ocurre algo? Ya tienes en quien pensar ¿no?
-¿En quién?- Ron guardó silencio y reflexionó- ¿Astoria?
-¿Quién más sino?- las lágrimas comenzaban a acumularse nuevamente en sus ojos chocolate
-Herms yo...- comenzó a acercarse mientras ella retrocedía
-Sólo, déjame tranquila- Hermione,pasó a su lado comenzando a alejarse
-¡No!- sujetó su brazo y lanzó a Hermione al suelo abalanzándose sobre ella
Tomó ambos brazos de ella colocándolos a cada lado de su cabeza y besó su cuello, Hermione forcejeaba con intensidad y gritaba auxilio.
-¡Ron! ¡Suéltame! ¡Por favor! ¡Suéltame!- suplicaba al borde de las lágrimas
-¡No! ¡Tú serás mía! ¡Cueste lo que cueste!- rugió con ferocidad
Tomó la camiseta de Hermione y la arrancó dejándola con sólo el sostén, estaba a punto de retirarlo mientras Hermione lloraba y gritaba con desesperación.
-¡Suéltame!
-¡No!
-¡Ella dijo que la soltaras!- rugió una voz tras ellos
Ron volvió la mirada hacia dónde la voz se presentó, el blondo mantenía su varita en dirección al pelirrojo con ojos llenos de furia.
-¿Estás bien Granger?
-¡No te atrevas a hablarle! ¡No tienes derecho!
-¿Que no lo tengo?- exclamó sarcástico- ¡Já! ¡¿Y tú tienes mucho derecho de venir y violárla no?!
-¡Cállate!
-¡No! ¡Cállate tú!- elevó su varita hacia él- ¡Expulso!
El hechizo impactó en el pecho de Ron mandándolo lejos del lugar, Draco aprovechó la oportunidad y corrió hacia Hermione arrodillándose a su lado.
-Granger ¿Estás bien? ¿Te hizo algo?
-No- sollozó- ¿Draco?
-¿Hmmm?
-Sácame de aquí- susurró en su oído
Draco se sacó su capa cubriendo a Hermione con ella, la tomó en sus brazos y caminó fuera del claro en la total obscuridad.
-¿Dónde estámos?- susurró ella abriendo ligeramente sus ojos
-¿Contraseña?- habló la voz áspera de una mujer
-Anguis Lethale- susurró ignorando su pregunta
El chirrido de una puerta alarmó a Hermione, volvió la mirada hacia un lado, una puerta tallada de madera de caoba se abría lentamente. Fue ahí cuando lo supo.
-Ésta no es mi casa- susurró ella
-No podía llevarte, todos ahí me odian. Además, ya es tarde y tenía que llevarte a algún lugar
-No debería estár aquí
Draco guardó silencio y se dirigió a su alcoba, al entrar dejó a Hermione sobre su cama y se dirigió a su cómoda, sacó una camisa de él y se la entregó.
-Es un poco grande
-Te servirá, póntela
Hermione miró a Draco, enseguida él captó el mensaje y se giró con un bufido. Hermione se pasó la camiseta por los hombros y terminó de ponérsela, miró la ensanchada camiseta, el cuello en "V" y totalmente impecable, tenía un aroma a menta y chocolate.
-¿Y ese aroma?- susurró ella olfateando la camiseta
-Mi losión. Bien, a dormir
-¿Qué?- exclamó con los ojos abiertos como platos
-Debemos descanzar, tranquila yo dormiré en el suelo
-Eh bien...- susurró
-Mañana por la mañana iremos a la torre del reloj, después iremos al gran comedor. Y tál vez nos veámos después
-¿Dormir? ¿En la alcoba de Draco? Bueno, él dormirá en el suelo ¿no? Eso no es tan malo ¿verdad?- pensó ansiosa
-¿Granger?
-¿Eh? ¿Qué... qué pasa?
-No nada, como te quedaste callada
-Ah no, amm... Creo que es mejor dormir. Ya es tarde
-Sí, tienes razón. Que descances Granger
-Tú igual Malfoy
Draco tocó el interruptor y la luz se apagó, Hermione se revolvió un poco en la cama y miró hacia la nada durante una hora, hasta que por fin concilió el sueño.
-No quiero hacerte esto

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