Jungkook cerró la maleta, cuando se giró te encontró apoyada en el marco de la puerta, su mirada entristeció, se acercó hacia ti y te besó.
Jungkook: No estés triste cariño, volveré en dos días ¿Okey?
Tu: No quiero que te vayas —acariciaste su mejilla— te voy a extrañar, Jungkook
Tus palabras resonaron en sus oídos "Te voy a extrañar", Jungkook se tensó ante esa última muestra de afecto, nunca antes alguien lo había extrañado y se sentía fantástico, poder oírlo de parte de ti.
Jungkook: Yo también te voy a extrañar, pero tengo que ir a ver a mi padre
Tu: Claro, lo entiendo
Jungkook: Taehyung vendrá todos los días para saber cómo estás, ven aquí —te abrazó y besó tu frente— estaré de vuelta lo más pronto posible
Tu: Espero que sea así —suspiraste sin despegarte del pecho de Jungkook—
Jungkook: ¿Sería mucho pedirte un último beso?
Sonreíste, una sonrisa amplia, sincera, preciosa, una de esas sonrisas que llenaban de ternura el corazón de Jungkook.
Tu: Claro que no —y lo besaste—
Jungkook cerró los ojos, disfrutando de la exquisitez del beso, entreabrió los labios y sus lenguas se juntaron, tomándote de la nuca, te acercó más a él y sus manos acariciaron tus mejillas, demostrándole que quería ser tierno contigo.
Y te amaba, ya no podía ocultarlo, no podía negarlo que era obvio, siempre te había amado, desde la primera vez que te vio, cuando tenía 17 años de edad, supo que eres especial y ahora que él tenía veinticinco años, aún seguías siendo su debilidad, daría su vida por ti, eres la mujer que cualquier hombre desearía tener, incluyéndolo, habías pasado por tanto sufrimiento por culpa de él, que ahora pensaba que no podía hacerte feliz, merecías a alguien mejor, el solo pensamiento de imaginarte con otro hombre que no fuese él, le destrozaba el corazón, por primera vez quería ser egoísta, quería tener algo sólo para él, algo que lo hiciera feliz y esa felicidad era algo que solo tú le podías dar.
De noche, estabas sentada en el sofá de la sala principal mientras leías un libro, Bam dormía acurrucado a tus pies, Jungkook se acercó, se sentó a tu lado y encendió la televisión, lo miraste de reojo, se veía tan hermoso y no era justo que un hombre fuese tan guapo, bebió de su RedBull, relamiéndose los labios y no pudiste evitar imitar su acción, de pronto una soledad invadió tu corazón al imaginártelo lejos de ti, lo único que querías era mantenerlo cerca de ti por toda tu vida, besarlo y decirle cuanto lo amabas, Jungkook se iría a Busan mañana por la mañana, seguramente antes de que despertaras y el simple pensamiento de no estar junto a él te dolía en el alma.
Jungkook: _____________ —su voz ronca te sacó de tus pensamientos y lo miraste—
Tu: ¿Si?
Jungkook: Haz el amor conmigo
Gemiste cuando Jungkook atrapó tu seno derecho con la mano, lo acarició y él pudo sentir la dureza de tu pezón al erguirse.
Jungkook: Tienes unos pechos preciosos —dijo con su voz ronca por la lujuria—
Alzaste la vista y te encontraste con los hambrientos ojos de Jungkook, te miraba como si fueses una deliciosa pieza de carne y él un lobo desesperado por devorarla, te inclinaste y lo besaste, con el corazón enloquecido, Jungkook cerró los ojos y hundió los dedos en tu cabello para acercarte más a él, sus lenguas se juntaron y bailaron al mismo ritmo que sus labios, fue un beso salvaje y exigente, un beso que hablaba de deseo, Jungkook rompió el beso mordisqueándote los labios y bajó hasta tu cuello para depositar tres sonoros besos ahí, suspiraste.
Tu: Te quiero, Jungkook
Jungkook: Lo sé, conejita, lo sé
Jungkook se quitó la camisa, apoyaste tus manos en sus hombros y las fuiste bajando hasta su pecho con una lentitud que lo hizo temblar, con el dedo índice, trazaste la línea de sus abdominales, haciendo que su entrepierna ardiera por ti, Jungkook disfrutaba de cada caricia tuya, era como si tus manos tuvieran alguna magia extraña que lo hacían derretir cada vez que lo tocaras, tus manos bajaron hasta su ombligo y el deseó que bajaras un poco más, su erección se profundizó bajo el pantalón, palpitaba por la cruel necesidad de querer sentir tus cálidas manos de encerrarse alrededor de él.
No tuvo que esperar demasiado para que bajaras tus manos desabotonaras el botón de su pantalón y le bajaras la cremallera, Jungkook gimió cuando tomaste su miembro hinchado, ciñéndolo con fuerza alrededor de tus manos y empezaste a deslizar las manos de arriba hacia abajo, con una lentitud que lo hacía jadear por más.
Jungkook: Ah... —gimió entrecerrando los ojos— dios... me gusta como lo haces nena
Los ojos de Jungkook jamás se apartaron de ti mientras te observaba como lo tocabas, tus pechos se mecían al mismo tiempo que lo masturbabas, con el cuerpo hirviendo por ti, Jungkook te tomó de la cintura y giró sobre ambos, deslizó tus bragas por tus piernas hasta dejarlas caer al piso y te besó con una intensidad que te dejó sin aliento.
Jungkook: Me encanta sentir tus manos sobre mi piel —susurro—
Una sonrisa se dibujó en tus labios, casi enseguida para borrarla y substituirla por un grito cuando se hundió en ti, Jungkook se quedó quieto dentro de ti y observó la expresión de placer en tu rostro, te veías preciosa empapada de sudor y el cabello alborotado, cayendo sobre las sábanas.
Jungkook: Te ves tan bonita cuando te hago el amor
Tu: Oh Jungkook —gemiste tomándolo del trasero para acercarlo más a ti— eres... fantástico
Jungkook gruñó ante ese atrevimiento y lentamente comenzó a moverse, el corazón le martilló mientras el amor que sentía por ti lo poseía y lo hacía desear querer ser tierno contigo, en el silencio de la habitación lo único que se oían eran sus gemidos, mientras las embestidas aumentaban cada vez más, cuando ambos llegaron al orgasmo, no se detuvieron, como si tu grito al decir su nombre lo incitara, Jungkook enterró sus dedos en tu cadera y se metió en ti hasta el fondo, Jungkook se mordió el labio y aumentó la velocidad de sus envites, más y más rápido, clavaste tus uñas en su espalda y chilló, poseída por todas las sensaciones que te abrumaban en ese momento y cuando perdieron la cuenta de cuantos orgasmos habían llegado, Jungkook colapsó encima de ti, jadeando y temblando, sus corazones, acelerados, latían por recuperar el pulso normal y respiraban con rapidez ante la urgencia de llenar sus pulmones con aire, al paso de unos minutos, Jungkook habló.
Jungkook: Abrázame ____________, por favor
Te sorprendió que un hombre tan duro como él buscara protección entre tus brazos, pero la súplica que teñía su voz fue lo que te conmovió, con el corazón encogido lo abrazaste, Jungkook apoyó su cabeza en tus pechos, cerró los ojos y cayó en un agradable sueño en el cual te tenía como protagonista.
By. angy_rdzv
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.