Te tapaste la cara con las manos, no habías parado de llorar en todo el camino desde que llegaste a tu casa y eso a tu madre le preocupaba.
Sra.Min: Cariño, no has parado de llorar en todo el camino y eso me asusta —dijo mientras te miraba con preocupación— ¿Cómo te sientes?
Tu: No es nada, mamá —te limpiaste las lágrimas con los dedos— ¿Cómo está papá?
Sra.Min: Ya sabes, enfermo, pero bien —suspiró y sirvió un vaso de agua para ti, te lo pasó y se sentó a tu lado en el sofá— él está muy preocupado por ti, quería venir acá para verte
Tu: Es mejor que no haya venido, con lo delicada que está su salud, no quiero que pase un susto después —las manos te temblaron cuando intentaste beber un poco del vaso, luego miraste a los ojos a su madre y ella pudo ver el dolor que estabas sintiendo en ese momento— mamá, he estado pensando en algo...
Sra.Min: Dime —acarició su cabello—
Tu: Quiero retirar los cargos contra Jungkook
La cara de tu madre palideció, abrió los ojos completamente y parpadeó rápidamente antes de hablar, como si estuviera tratando de entender tus palabras.
Sra.Min: ¿Qué?
Tu: Lo que oíste, ya no quiero que lo busquen, quiero... quiero que lo dejen en paz
Tu madre no te entendía.
Sra.Min: ¿Por qué?
Tu: Porque me enamoré
Jungkook tomo a Jimin de la camisa y lo empujó hacia la pared, él jadeó en busca de aire.
Jungkook: Hijo de tu pinche madre —le espetó en la cara— te voy a matar ¿Me escuchaste?
Jungkook pudo ver el terror en sus ojos, jamás había sentido tanta ira, sus músculos se tensaron cuando le apretó el cuello, Jimin trató de hablar, pero era tanta la presión que realizaba en su cuello que hasta le empezó a costar trabajo respirar, al darse cuenta de ello, Jungkook aflojó su agarre, pero aun así no lo soltó, Jimin tosió y respiró profundamente antes de hablar.
Jimin: T... tenía que hacerlo —tartamudeó—
Jungkook: Claro que no —apretó los dientes— pudiste haberte quedado callado, idiota
Jimin: No tenía otra opción, debía dinero y... y bueno, caí en la tentación —dijo temblando de miedo—
Jungkook: Pues ahora lo lamentaras, esto es lo que pasa cuando te metes conmigo —presionó con la mano aún más fuerte su cuello, pero antes de ahogarlo, Jimin gritó—
Jimin: ¡Espera! —exclamó luchando por respirar— sé algo que tal vez te sirva un poco de ayuda
Jungkook al fin lo soltó, esta vez mirándolo con atención, Jimin se masajeó el cuello.
Jimin: El detective me dijo que mandaría a ______________ a mudarse de ciudad en dos semanas más, mientras que ellos continúan con tu búsqueda
Jungkook: ¿Hay algo más que deba saber? —dijo clavando su intensa mirada en sus ojos, Jimin tragó saliva—
Jimin: No ¿Sabes? no pensé que te enojarías tanto porque se la llevaran, si hasta tú mismo dijiste una vez que usarías a _____________ para luego botarla ¿No crees que deberías dejar las cosas como están? —Jungkook negó—
Jungkook: Lo siento, pero la amo demasiado como para dejarla ir tan fácilmente
Llegaste a casa, ya habían pasado dos semanas desde que te fuiste de la casa de Jungkook... semanas que para ti parecieron meses, el no tenerlo a tu lado provocaba un gran vacío en tu corazón, Jungwon se había enojado contigo cuando le contaste que querías retirar los cargos contra Jungkook, pero aun así te mantuviste firme ante la idea de dejarlo en paz.
Atravesaste la cocina y te serviste un vaso de agua, Bam te seguía por detrás desde que no habías vuelto a ver a Jungkook, Bam se ha demostrado apenado y afligido, en lo más profundo de tu corazón sabías que él también lo extrañaba.
Tu: Yo también lo extraño, Bam —susurraste—
Serviste un poco de comida canina en el plato de Bam y lo acercaste hacia él, Bam se acercó un poco y olfateó, ladeó la cabeza y luego retrocedió.
Tu: Tienes que comer, por favor —le pediste colocándote en cuclillas y lo acariciaste, en los días que habían pasado, Bam no ha comido casi nada y eso te preocupaba—
Bam te miró, sus ojos grandes y tiernos se clavaron en ti un par de segundos, para luego voltearse y comenzar a comer de su plato.
Tu: Buen chico —sonreíste dando un par de palmaditas en su lomo—
Dejaste que comiera tranquilo y volviste a la sala principal, te sentó en el sofá y encendiste la televisión, lo que más te dolía era pensar que Jungkook no te había vuelto a buscar ¿Tan poca cosa habías significado para él? lo cierto es que los días que los habías pasado junto a él fueron los mejores de tu vida, apretaste los labios, esforzándote por no echarte a llorar, extrañabas despertarte en las mañanas y ser a él quien vieras primero, extrañabas la forma en que te tocaba... sus abrazos... sus besos...
Te levantaste y te quitó los zapatos de aguja, apagaste la televisión y subiste con los pies descalzos la escalera para llegara tu habitación, habías ido a una fiesta solo con la intención de despejar un poco tu mente y lograr olvidarte de Jungkook aunque sea por un pequeñísimo tiempo, pero luego llegabas a casa y todo resultaba en vano.
Tiraste los zapatos a un lado de la habitación, luego te pusiste frente al espejo de cuerpo completo y te miraste, tomando una toallita desmaquillante, la pasaste por toda su cara y te quitó el maquillaje, dejando tu piel limpia y suave al natural, desataste su cabello, dejándolo caer sobre tus hombros, ahora sí, eras tu misma, tu celular vibró en el velador, lo tomaste y sin fijarte en el número contestaste.
(Llamada)
Tu: ¿Bueno?
Sra.Min: ___________, hija —dijo con una voz suave— ¿Cómo estás? ¿Ya tienes listas las cosas para la mudanza?
Tu: Si —suspiraste— mañana temprano me iré
Sra.Min: Está bien, te estaré llamando para saber cómo va todo, papá dice que te quiere
Tu: Dile que yo igual —sonreíste— te quiero, adiós mamá
(Fin de llamada)
Antes de dejar el celular encima del velador te fijaste en la hora, las 10:16 de la noche, no era tan tarde, pero aun así querías dormir, mañana tendrías que prepararte para la mudanza y tenías que levantarte temprano.
Dirigiste tus manos hacia tu espalda, buscando el cierre de tu vestido para bajarlo, cuando éste cayó al piso, dejándote solamente en bragas y sostén sentiste que alguien te miraba desde la ventana de tu habitación y reconocías esa mirada, la cara se te iluminó, el corazón te latió con rapidez, mientras sonreías, apagaste las luces y te deslizaste bajo las sabanas de tu cama, haciéndote la dormida.
By. angy_rdzv
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