𝟏𝟖

929 66 6
                                    

—Hola amor, ¿qué tal estás? –Me dijo Abril entrando a la sala, hoy era viernes y me tocaba la clase extra por haber sido la nómada favorita de la gala.

—Pues muy bien la verdad, con ganas de trabajar. –Dije confiada, quería conseguir distraerme, al menos por un rato, de todo lo que me pasaba con Alex y mis sentimientos hacía mi, también lo difícil que se me hacía cantar la canción y tocar el piano, todo se juntaba, las emociones allí dentro se sentían el triple.

—Como beneficio por ser la nomada favorita gracias a ING tienes tres mil euros en tu cuenta no cuenta y una clase extra con Abril.

—Que maravilla, gracias ING.

—Yo os dejo aquí. –Dijo Noe abrazándome.

—Mi objetivo de esta clase es conseguir que salgas de tu zona de confort, que creo que es lo que te cuesta mas hablando de la interpretación. –Tenía ganas de ver que tenía Abril preparado para la clase.

—Pues vamos a ello. –Dije entusiasmada.

(...)

—Es que ya mismo estamos en navidad, que guay. –Dije yo mientras merendabamos.

—¿Os imagináis que nieva mientras nosotros estamos aquí? –Dijo Juanjo.

—Pues lo mismo, y si eso pasa yo necesito salir a hacer un muñeco de nieve, por favor.

Al terminar de merendar Noe subió con una caja llena de adornos y cosas de navidad.

—¡Me encanta! –Dije corriendo hacía la caja dónde estaba todo y fui a abrazarla. —Gracias mami.

Nos trajeron un montón de cosas super chulas, adornos para la academia y cosas de disfraces, lo que más me gustaron fueron los cuernos de reno hinchable, pero Salma se los adueñó al poco tiempo.

Se notaba que ya llegaba navidad, llevabamos ahí tres semanas y teníamos ganas de ver a nuestra familia, aunque aún no sabíamos que iba a pasar, si ibamos a quedarnos allí dentro o saldríamos, me daba miedo salir, y encontrarme con algo que no me gustara.

—¡Chicos! Tengo una sorpresa para vosotros, ¿podéis venir a la sala de ensayo? –Chiara vino corriendo al salón, donde estábamos Paul, Alex, Juanjo, Martin y yo colocando las bolas del árbol.

Nos fuimos a la sala de ensayo donde estaban el resto de los compañeros, supuse que estarían esperándonos

Chiara se sentó en el piano y comenzó a tocar teclas.

Nos había compuesto una canción.
Y sin duda, era de las más bonitas que he escuchado nunca, ese recuerdo lo guardaré siempre en mi memoria.

Mientras ella cantaba, Alex, que estaba tumbado delante de mi, yo estaba sentada en una silla, le di un toque en la espalda para que se pusiera cómodo y apoyara su cabeza en mis piernas.

Empecé haciéndole pequeñas cosquillas en el pelo, hasta que mis manos bajaron hacía su cara, y le hice caricias mientras recorrían escalofríos por todo mi cuerpo, era un sentimiento de paz, estar en ese momento, así con el, con mi nueva familia y con la preciosa canción que nos había dedicado la británica.

Solo tenía claras dos cosas.

Lo feliz que era de tenerles a todos ellos, de haberles conocido y de haber podido vivir esa experiencia que tanto me cambió la vida.

Y qué estaba enamorada de Alex, por mucho que lo hubiera estado evitando, lo estaba, al final uno no elige de quién se enamora, y yo me enamoré de el.

Pero no había nada que hacer, ojalá en otras circunstancias, pero lo mejor era mantenerme al margen.

—Perdón, me he equivocado un montón de veces. –Dijo Chiara al terminar de cantar su canción.

𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒅𝒐𝒔; ot 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora