angels vs monarca la batalla acaba cap 3

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Con Kazuma, el niño de cabello castaño, incapaz de mover sus propias piernas debido al terror, un sudor frío recorría todo su cuerpo. No podía moverse, aunque quisiera; su propio cuerpo le decía que no lo hiciera, una respuesta común entre los seres humanos cuando el miedo se apodera de ellos.

Contra la voluntad de su propio cuerpo, giró la cabeza para observar el orfanato, pero la visión fue horrenda: la iglesia donde vivió, donde creció con sus amigos, yacía en ruinas

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Contra la voluntad de su propio cuerpo, giró la cabeza para observar el orfanato, pero la visión fue horrenda: la iglesia donde vivió, donde creció con sus amigos, yacía en ruinas. No quedaba nada de ese lugar.

- A-ah-a-a-¿donde están l-los -de-de-mas? - Esta pregunta resonaba en lo más profundo de su corazón, pero él quería pensar que todos estaban bien, que los demás lograron escapar. Sin embargo, la realidad era otra. El niño, aún de pie, no podía soportarlo y cayó de rodillas, lágrimas brotando de sus ojos.

- Todos ellos están muertos, nononononononononononono - repetía en su cabeza, tratando de negar lo que sus ojos habían presenciado. Las lágrimas no cesaban. Minutos pasaron, pero Kazuma solo sollozaba, repitiendo las palabras .

"esto es un sueño, no es real".

Pero a lo lejos, un demonio con alas que logró escapar, a quien no le importaba nada más, murmuró: - Tengo que irme de este lugar. Esta batalla solo acabará de una manera: con el monarca muerto y nuestro ejército destruido, o con la victoria del monarca y nuestro ejército casi aniquilado. Y yo no pienso morir por ese destino - volaba con la intención de escapar del campo de batalla, pero una bola de fuego le alcanzó en el ala derecha. El impacto lo quemó y lo hizo caer. Fue propio de un lobo de color naranja con ojos rojos, mientras de su hocico salían pequeñas muestras de humo.

-Ahhhhh, malditos carbones, aaahaha - gritó con enojo mientras, por el dolor de la quemadura, se estrelló con un árbol a unos metros del niño castaño que estaba sollozando, el estruendo del golpe del demonio resonó con el árbol.

El ruido alarmó a Kazuma, haciéndolo pensar que era posible que un demonio haya descubierto su ubicación y lo haya querido matar. Con un poco de miedo, volteó la mirada y entre los humos pudo ver a un demonio de un tamaño menor al suyo, tumbado en el suelo como si estuviera tomando una siesta en un árbol. Esto solo sería inofensivo si no fuera por el hecho de que una de sus alas estaba completamente destrozada y con quemaduras, y su cabeza goteaba sangre.

Kazuma, temeroso, examinó al demonio, notando, más importante aún, una pequeña espada en su cintura. El nerviosismo no lo ayudaba, pero lentamente se acercó al demonio y le retiró la pequeña espada. Se alejó rápidamente de él. Sin embargo, los recuerdos de su aldea quemada, demonios y monstruos masacrando a la gente, llegaron a su mente. Su mirada pasó de nerviosa a oscura.

Desenvainó lentamente su espada, caminando paso a paso. Los pensamientos negativos comenzaban a nublar su juicio. La pequeña espada apuntó en dirección a la cabeza del demonio. Justo cuando la espada iba a atravesar el cráneo del demonio, este abrió desesperadamente los párpados al percatarse de la espada que estaba posicionada frente a él.

Konosuba:kazuma aventurero bendito de las diosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora