Mirando la reacción de Cattleya, parecía que aquello solo era el inicio.
Y de alguna forma, que no involucraba la magia, el afrodisíaco también le afectaba a Tom. Una vez había probado el cuerpo voluptuoso de su compañera ya no quería dejarlo. Habia intimado antes, pero ninguna mujer tenia ni los movimientos ni las proporciones de su actual amante.
- Todavía tengo mucho para darte...
Tom es el que esta sobre ella actualmente, besándola como si la amara, o como si la hubiera deseado toda su vida. Si alguien entraba a esta sala, de seguro ambos matarían a quien los interrumpieran y seguirían haciéndolo sobre su sangre.
Saboreaba sus pezones, como si de ellos pudiera salir algún tipo de delicioso nectar. En este momento, ella comenzó a hablar sin ningún reparo.
- Embarazarme... Hazme tu mujer, lléname toda de ti...
Con el deseo a flor de piel, Tom comienza a moverse con más fuerza. El sonido de sus cuerpos chocando hace eco en el lugar, pero también crea una melodía que solo ellos dos quieren disfrutar, tal vez solo acompañados de sus respiraciones agitadas.
Una vez más ellos se vienen juntos. Cattleya puede sentir como su sexo es llenado con el amor de su salvador.
- Es mucho.... me encanta.
Ambos se quedaron en esta situación por unas horas más, casi el mismo tiempo que tardaría en hacer efecto el afrodisíaco. Solo que ahora ellos están llenos de sudor y cansados.
Ya satisfechos, se miran el uno al otro, fascinados por la compatibilidad que poseían al amarse.
- Gracias por venir en el momento indicado. - Dice Cattleya, con una voz muy suave. - No sé que habría hecho si no hubieras llegado. Habría sido el ultimo día al que podría llamar vida.
Ella toma con sus manos el rostro de Tom y lo acerca hasta su pecho.
- Todavía tengo muchas cosas que decirte, pero creo que ahora solo quiero descansar.
El guerrero entendió la necesidad actual de su compañera y habilito un espacio del salón donde pudieran descansar discretamente. También utilizo un pergamino mágico para crear una fuente de agua temporal.
- ¿Qué? ¿Un pergamino? - Pregunta Cattleya, sorprendida por el tipo de uso que le dio a un objeto que suele venderse a alto precio.
- Si, la fuente no es muy grande, pero servirá para bañarnos y juntar algo de agua para beber. No en ese orden, por supuesto.
Ella estaba algo incomoda por las molestias que Tom se estaba tomando. Creyó que el podría haberle dado un mejor uso a esto, pero lo uso para ayudarla a sentirse cómoda.
- Gracias... prometo pagarte por esto cuando salgamos de esto.
- ¿Eh? No, no hace falta. Puedo crear otro pergamino más tarde. En mi familia hemos creado estos items mágicos por generaciones. No son los más poderosos que existan, pero si que sirven para muchas otras cosas.
Cattleya sigue sin entenderlo, pero decide aceptar la generosidad de su colega y bañarse. Mientras lo hacían, ella decide no quedarse con la curiosidad.
- Tu eres un guerrero... ¿Como puedes hacer objetos mágicos?
- La cuestión es que si tengo algo de magia disponible, pero solo la suficiente para la elaboración de objetos mágicos de tipo Menor o Estándar. La familia de mi madre pertenece a un clan de forjadoras mágicas muy reconocido, las cuales elaboran este tipo de trabajos. Aprendí a hacer esto prácticamente desde que tengo uso de razón.
Ella respondió con una sonrisa en su rostro. Era una forma rara de decir "me siento orgullosa de ti" pero sin decirlo con palabras. Por un momento, Tom se sintió raro pues esto era más algo de rollo materno que lo que esperas que responda alguien con quien haz tenido sexo hace un momento.
Terminaron de bañarse e hirvieron algo de agua para beber té y comer lo que Tom había traído consigo.
- No, en serio, no hace falta. - Decía Cattleya, negando amablemente lo que su acompañante le ofrecía.
Pero su estomago hizo un sonido que expresaba lo contrario.
- No necesitas hacerte la dura, compañera. Puedes tomar todo lo que quieras, yo te lo ofrezco con mucho gusto.
Ella toma la comida, pero parece que hay algo que la esta incomodando.
- Creo que debería comenzar a darte explicaciones... siento si esto es algo que te moleste y prefieras que me vaya. Si es así no habrá problemas...
- ¿A qué te refieres?
Luego de dar un suspiro, ella continua.
- Yo, tengo un hijo...
Tom no hace ningún gesto que exprese algún tipo de incomodidad, simplemente actúa natural. Ella lo mira, esperando una reacción, pero no hay ninguna novedad.
- Cuando me afecto el afrodisíaco, en realidad estaba consciente de lo que hacia. Solo después si dije algunas cosas que tal vez hayan sido por el calor del momento. Siento mucho si te he desilusionado.
Para Tom era perfectamente entendible que una mujer de su edad tuviera familia. Y realmente pensaba solo quedarse con esta experiencia para si y que ambos siguieran con sus vidas. Pero Cattleya realmente pensó que él estaba sintiendo algo por ella, así que decidió serle honesta respecto a su hijo.
- ¿Te arrepientes de lo que hicimos?
- ¡No! ¡Para nada! - Responde Cattleya, enérgicamente. - Yo realmente quería hacerlo contigo. Ademas, realmente no encontraba otra forma de tratar con el dolor que me hubiera causado el afrodisíaco si no actuábamos de esa forma... Pero no me arrepiento, es más... lo volvería a hacer.
Tom todavía se cuestionaba si esto era una declaración de amor, o si ella solo quería formar una sociedad con él basada en el placer. Solo sabría la respuesta a medida que vaya conociendo a su compañera.
- No tienes darme ningún tipo de justificación. Apenas soy un desconocido para ti. Ni siquiera he tenido la cortesía de decirte mi nombre.
Ella se sorprendió por lo comprensivo de su respuesta, teniendo en cuenta que la mayoría de aventureros de esta clase no tienen ninguna formalidad a la hora de expresarse con palabras.
- Mi nombre es Tom. Es un gusto conocerte, Cattleya.
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Mi compañera de mazmorra es una milf
FanfictionLas muy subidas de tono aventuras de un joven aventurero y su madura compañera. (Contenido explicito)