Flor De Hielo [Jasper Hale]

Capítulo 74

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Narrador Omnisciente

- ¿Qué sucede?

El suelo bajo sus pies comenzó a temblar.

- ¿Qué es eso?

Escucharon un rugido a lo lejos.

- ¿Qué clase de animal es ese? - preguntó Esme.

- No creo que se trate de un animal. - respondió Emmett.

- O ninguno que conozcamos. - añadió Félix.

De repente, se detuvo.

- Sea lo que sea... - Victoria bufó. - ya se fue.

>> ¿Copo? - se acercó con su amiga más no la tocó.

Los ojos de Lissa brillaban mientras los movía en dirección al suelo frente a ella, sin dejar de buscar algo dentro de este. 

Rápidamente Jasper se puso en guardia, sus sentidos alerta mientras esperaba cualquier reacción de su esposa. Alice buscaba en el futuro, pero era inútil. Félix sentía el movimiento del suelo por las raíces debajo de él, pero no entendía lo que estas le decían.

El silencio era sepulcral, todos quietos, alertas.

- ¡Amira! - Charlie jadeó y todos voltearon a verle.

Era como si el suelo comenzara a absorberla. Caius se acercó con rapidez a ayudar, pero era más fuerte. Cuando pareció que lograban ganar, el suelo cubierto de nieve la absorbió por completo, cerrándose nuevamente antes de que alguno de los hombres lo tocara.

Los ojos se posaron en Lissa, preguntando silenciosamente qué acababa de suceder, pero de su boca solo salió un jadeo, siendo la siguiente en ser absorbida, aunque Jasper alcanzó a sostenerla, ambos terminaron hundiéndose en la nieve.

Segundos después, vieron algo removerse en la nieve, antes de que Jasper fuera expulsado, haciéndo que volara en los aires antes de caer dando vueltas en el suelo.

Félix y Alice se acercaron a su hermano, quien tenía la mirada asustada.

- ¿Estás bien? - preguntó Alice sacudiendo el abrigo de Jasper.

- ¿Qué pasó? ¿Qué viste? - intentó Félix que Jasper reaccionara.

- Levántate. - se acercó Caius, tomando el brazo de Jasper para levantarlo y alzó la voz. - ¡Todos listos! No bajen la g-

Una mano, mejor dicho, garra, salió disparada del suelo en donde estaban Caius y Jasper, golpeándolos. Se incorporaron rápidamente y pudieron ver que esa garra sostenía a Lissa con firmeza, antes de estamparla contra el suelo al tiempo que salía el demás cuerpo de ese extraño ser de hielo.

Era enorme, cinco metros, casi seis, colmillos por dientes, picos por garras, ojos que brillaban con un azul siniestro. 

Este monstruo miró a los demás y rugió, llevando consigo un viento fuerte, para el cual tuvieron que sostenerse, quienes estuvieran cerca, unos de otros y, en su caso, mantenerse firmes en su posición.

Así como Jasper y Caius, el primero poniendo sus brazos al frente mientras que el mayor solo giraba la cabeza.

Ambos se miraron igualmente perplejos. 

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A lo alto de una montaña, se encontraban los gemelos Withlock. Por su visión sobrenatural, tenían a la vista el claro en donde sus padres y demás familia esperaban al tal Sehan.